lunes, 22 de noviembre de 2010

Día 23 - 21 de noviembre

Hemos llegado a Milán sobre las 6, y después de una hora de espera, hemos despegado rumbo a Barcelona, la última parada de la aventura.

Al llegar estaban nuestros padres, la tia de Aaron, Montse, y la Luba. Ya en casa hemos desayunado todos junto a los hermanos de Esther y Berta, y es donde nos hemos dado cuenta que ahora ya si que terminó la aventura. Ha valido mucho la pena, muchas horas de avión, de coche, mucho cansancio acumulado, pero muy recomendable.

Esperamos que os haya gustado seguirnos a través de un formato más acuerdo con los tiempos que vivimos, y que sirva de precedente por si alguien hace un viaje chulo y quiere documentarlo.

Nos despedimos de todos vosotros, muchas gracias por seguirnos y hasta pronto.

FIN

Día 22 - 20 de noviembre

Último día en Nuestra Zelanda. Lo hemos acabado de guardar todo y nos hemos dirigido a la agencia para devolver el coche, nuestro coche, que nos ha acompañado durante estas 3 semanas a todos los sitios



Hemos cogido con tiempo el vuelo Christhchurch - Singapur.  Al llegar hemos dado vueltas por las tiendas ya que el tour gratis para ver la ciudad ya no lo hacían, y estabamos muy cansados para coger el tren e ir por nuestra cuenta.

Después de 6h y una cabezadita rápida hemos cogido el siguiente avión Singapur - Barcelona (con escala en Milán).

Día 21 - 19 de noviembre

Día placentero el de hoy, ni madrugones ni prisas, simplemente disfrutar del último día completo en Nuestra Zelanda.

Nos hemos dedicado a pasear por las calles de Christchurch y contemplar sus edificios, muchos de ellos con andamios, y en un principio se podría pensar que en esta ciudad se estan llevando a cabo muchas obras de restauración de fachadas, pero recordemos que hace dos meses hubo en Christchurch un terremoto de mucha intensidad y la ciudad todavía se está recuperando.

De camino al centro hemos pasado por una calle, de inspiración hispánica (según los guias), pero a nosotros nos recordaba más al Caribe.


Después de desayunar en Starbucks,hemos cogido el tranvia, que para hoy también teníamos pase, y nos hemos bajado en la siguiente parada, un pequeño jardin alrededor del rio Avon, con una rueda de un molino de agua, que recuerda los inicios de la ciudad y como se ganaba la vida la población.


Justo al lado, el centro cultural de Christichurch, con muchos museos y exposiciones, todas gratuitas.


También hemos visitado el jardín botánico. Y al lado de éste, estaba el Canterbury Museum, con una exposición muy interesante sobre las expediciones a la Antártida que parten desde Christchurch. Cerca estaba la universidad, que es una copia de la de Oxford, ya que los primeros ingleses llegados a Christchurch quisieron fundar una pequeña Gran Bretaña en el Pacífico Sur. 




Hemos comido muy tarde, porque al no tener internet en el backpacker hemos tenido que ir a una biblioteca pública, para subir este blog y conectarnos un ratito a internet.

Y ya en el backpacker, hemos hecho la maleta con algo de nostalgia y pena, pero también satisfechos porque ha sido un gran viaje, que hemos disfrutado a tope.

Ahora ya sólo nos queda pensar en la vuelta y en reunirnos con nuestras familias, amigos y con Luba, que en este viaje la hemos hechado mucho de menos.


Dato curioso:

Los neozelandeses son muy confiados, ya que en éste país el índice de delincuencia es muy bajo. Aparcan las motos en la calle sin poner ningún tipo de sistema anti-robo, e incluso dejan los cascos simplemente apoyados en el sillín.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Día 20 - 18 de noviembre

Efectivamente, hemos madrugado. Nos ha sonado el despertador a las 7.00h. porque a las 8.30h. habíamos quedado para comenzar la excusión. Había muchísima niebla, pero el guía nos ha dicho que no nos preocupásemos, que el día iba a despejar. Y no se ha equivoacado, al poco de meter el kayak en el mar, habiendo recibido las pertinentes explicaciones (ya que para los dos era nuestra primera vez), el día se ha abierto y ha salido un sol espléndido, lo que nos ha permitido ver todo el paisaje y descubrir unas montañas nevadas en el horizonte, que el día anterior no habíamos visto.


La experiencia con el kayak ha sido un éxito, porque el mar estaba tranquilo y nos hemos podido acercar a las rocas donde estaban las focas nadando y jugando.


Ponemos una foto del guía con las focas al lado, para que os hagáis una idea de lo cerquita que las hemos tenido.


Sacaban la cabeza delante nuestro, parecía que nos mirasen y luego se volvían a sumergir, pasando por debajo de nuestro kayak, ha sido emocionante, toda una experiencia!




Sobre las doce del mediodía hemos vuelto a coger el coche, para dirigirnos ya a nuestro último destino, Christchurch, ya que nuestros días en este país se acaban, y ya sólo nos queda visitar esta última ciudad.

Por la tarde hemos hecho un poco de turismo y hemos comprado una especie de bono que nos permite subir y bajar del tranvía, tantas veces como queramos, durante dos dias.


Dato curioso:

Nueva Zelanda fue el primer país del mundo donde se permitió que las mujeres pudiesen votar.

Día 19 - 17 de noviembre

Nos hemos despertado tranquilamente y sin prisas porque hoy no teníamos mucha carretera.

Nos hemos puesto ropa veraniega y después de desayunar bien y dejar el backpacker, nos hemos dirigido a las piscinas de agua termal del pueblo. Para empezar, hemos reservado una piscinita privada, sólo para nosotros dos, teníamos media horita para estar en ella, y nos hemos relajado mucho. Al salir hemos estado un tiempo disfrutando de las otras piscinas del balneario, que eran al exterior y como el día acompañaba, nos hemos puesto morenitos.



Y otra vez al coche, camino de Kaikoura, éste pueblo es un destino turístico famoso por su colonia de focas, y porque desde aquí se contratan excursiones para avistar ballenas y delfines.

Con la marea baja, nos hemos dirigido a la colonia de focas, y caminando entre las rocas, nos hemos encontrado con una, nos hemos puesto super contentos, como si nunca hubiésemos ido a un zoo y las hubiésemos visto allí. Pero cambia muchísimo el verlas en cautividad, con una valla por medio, a verlas tan cerca y en su habitat natural, pudiendonos acercar a una distancia prudencial, nunca menos de 10 metros que es lo que aconsejan en lo paneles informativos.





De vuelta al backpacker hemos parado en una empresa que se dedica a hacer excursiones en kayak, nos hemos decidido y hemos contratado una excursión de tres horas para mañana a primera hora, así que nos tocará madrugar.

martes, 16 de noviembre de 2010

Día 18 - 16 noviembre 2010

Qué gustazo después de tanto backpacker, despertarse en un hotel de cuatro estrellas a los pies de los Alpes Neozelandeses. Hemos dejado nuestra bonita habitación con mucha pena y nos hemos dirigido al edificio principal para desayunar. El día estaba claro y desde nuestra mesa se veía la cima del Monte Cook.




Nos hacía ilusión alojarnos en este hotel, porque aparece en todas las guias turísticas, y recominedan llegar hasta él para tomar algo en su elegante cafetería y apreciar las vistas desde allí. También tienen una estatua de Sir Edmund Hillary, la primera persona que logró subir al Everest, de nacionalidad neozelandesa. Nos hemos hecho unas fotos y decididos a comenzar la excursión que teníamos preparada para hoy.

Íbamos bien preparados para hacer un trekking de tres horas que nos habían recomendado. Pero otra vez las inclemencias del tiempo, nos han impedido poder acabarlo. Con vientos de 70km/h, y lluvia nos ha sido imposible poder continuar y al poco de empezar nos dimos media vuelta.



Cogimos el coche y en un principio queríamos ir a dormir a Christchurch, pero como íbamos bien de tiempo, decidimos, mirando la guía, ir a un pueblo llamado Hanmer Springs, famoso por su balneario y aguas termales. Y acertamos, porque por esta zona las temperaturas son más altas y hoy podemos decir que es el primer día que hemos pasado calor.


Dato curioso:

Es sorprendente la cantidad de animalitos muertos que nos encontramos por las carreteras.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Día 17 - 15 noviembre 2010

Con los días se va notando el cansancio acumulado, y aunque las fuerzas no decaen, cuesta más madrugar.

Poco a poco nos hemos ido dando cuenta como nos hemos ido integrando en el mundo de los backpackers. Al principio entrábamos tímidamente, porque no conocíamos nada. Ahora, nos hemos vuelto más exigentes con las cosas que un backpacker puede ofrecernos y así poder elegir las mejores comodidades.  Ya somos uos profesionales, con nuestra bolsa térmica (con sus pastillas de hielo) y la bolsa para la comida que no necesita frío. Lo primero que hace Esther cuando llega, es entrar en la cocina para verla y fisgonear la nevera, y Aaron a coger un rotulador para nombrar nuestras bolsas para saber que son nuestras y así nadie puede tocarlas. Luego ya vemos las habitaciones y nos hacemos una idea de por qué ese backpacker tiene la puntuación que le han dado en la guía.

Hoy hemos visitado Dunedin al abandonar el backpacker (sin haber usado ni el spa ni la sauna), un par de horitas por el centro viendo el Octagon (el centro de la ciudad en forma de dicho polígono),la Iglesia de St. Paul y la estatua del escritor escocés, Robert Burns. 

También hemos hecho algo de shopping por el centro.

Después hemos visitado la estación de trenes, que es el edificio más fotografiado de la ciudad.


Hemos preguntado en el i-site dónde estaba la calle más inclinada del mundo (que está en Dunedin) y hemos ido a verla. Es increible el grado de inclinación que tiene, incluso cuesta subirla. En las fotos podéis haceros una pequeña idea.





Comida rápida y rumbo a Aoraki/Mt. Cook.

De camino hemos hecho una parada en Oamaru, un pueblo conocido por sus lugares para avistar pingüinos ojigualdos y sus edificios de piedra caliza. Había una exposición muy bizarra que tenia alguna de sus obras en la calle. Hemos decidido ir a verla (ya que era gratis), y seguía siendo weird (rara en inglés).


En el i-Site de este pueblo nos han confirmado que de nuestra compañía de backpackers no había ninguno en Mt. Cook, nos han dado la opcíón de elegir otro de otra compañía o un hotel muy famoso y caro, llamado Hermitage. El primer intento de llamada al backpacker ha sido fallido, así que hemos llamado al hotel...y sí...hemos pecado. Nos hemos declinado por éste, ya que las vistas eran increibles, tenía desayuno y más facilidades (un caprichito en el viaje porque nos lo merecemos).

Al llegar al hotel, nos han dado la llave del motel (el propio hotel tiene unas casitas a 100m que son perfectas y no tan caras). Esther al ver el mini-chalet que nos han dado se ha quedado petrificada, con ojos llorosos y ha empezado a hacer fotos (no se lo podía creer, parecía un espejismo después de tanto backpacker). Tiene cocina propia full-equiped, una cama enorme, un sofá, una mesa con sus cuatro sillas, baño perfecto, jardincito propio con banco para sentarse, vistas al Mt. Cook e incluso tabla de planchar!


Dato curioso:

A los neozelandeses, les encanta andar descalzos por la calle tanto en pueblos como en ciudades. Aunque las calles están relucientes de limpias, nos parece algo muy peculiar.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Día 16 - 14 noviembre 2010

Hemos dejado Te Anau con mucha pena, ya que le habíamos cogido mucho cariño a nuestro backpacker, por lo acogedor y por las buenas vistas que tenía.

Como vamos muy bien de tiempo, hemos decidido hacer una ruta que  teníamos en la carpetea "itinerarios alternativos".

Esta ruta es la de los Catlins, que bordea un trocito de costa al Sur de New Zealand. En muchas ocasiones hay que dejar la carretera principal  y pasar por caminos de grava sin asfaltar, pero bien señalizados.

Nuestra primera parada ha sido, en una playa con su faro, y éste faro es una especie de monumento conmemorativao, porque en esta playa se hundió en mil ochocientos y pico un barco y murireron más de cien personas.


Para la siguiente parada, hemos tenido que entrar en una granja privada de ovejas, previamente nos habíamos informado que se podía pasar, porque las ovejas aún no están criando. Aquí se encuentra el punto más cercano al Polo Sur. Hay un cartel que lo indica, con la distancia exacta, tanto al Polo Sur como al Ecuador. Ahora si que podemos decir que nos hemos recorrido New Zealand de punta a punta.

Hacía un aire insoportable, pero no nos ha importado y nos hemos hecho muchas fotos.







La siguiente parada se tenía que realizar con marea baja, para ver en las rocas de la orilla, un bosque fosilizado de helechos.

Después de toda la información buscada, (llamadas telefónicas a i-site para ver a qué hora baja la marea), y sobre ello poder realizar las excursiones cuadrando los tiempos, nos hemos dado cuenta  que no todo depende de nosotros, y al llegar a la siguiente parada que era Cathedral Cave (una cueva enorme que sólo se visita con marea baja), nos hemos llevado una desilusión ya que estaba cerrada, porque aunque habíamos llegado a tiempo, el mar estaba muy picado, y era peligroso entrar.

Con "nuestro gozo en un pozo" hemos seguido con la ruta hasta llegar a unas cascadas un poco diferentes a las que siempre vemos. Eran más bajitas, más anchas y escalonadas.


Hemos acabado los Catlins y hemos puesto rumbo a Dunedin, donde teníamos reservado el siguiente backpacker , que tenía spa y sauna, pero estaban al aire libre y con el frío que hacía, ni lo hemos usado.

Dato curioso.

Los alemanes, después de haber invadido Mallorca, ahora vienen a invadir New Zealand, están por todas partes, no sabemos que especie de fijación tienen con la islas.

Día 15 - 13 noviembre 2010

Hoy ha tocado madrugar un poco más, ya que la previsión  era nublado por la mañana y lluvia a la tarde. Así que nos hemos puesto en marcha temprano porque nos separaban 2h de los fiordos y queríamos verlos el mayor tiempo posible sin lluvia y hasta hemos tenido un poco de suerte, porque nos ha salido el sol. Cosa rarísima en esta zona,ya que nos habían informado de que por esta región llueve más de doscientos días al año.

Por el camino nos esperaban diversos parajes interesantes. El primero de ellos se llamaba Mirror Lakes, un pequeño lago donde se reflejaban las montañas de delante. 



Prosiguiendo la carretera de acceso a los fiordos, teníamos otras caminatas, pero las hemos decidido dejar para la vuelta, para llegar lo antes posible a Mildford Sound.

Uno de los puntos del camino era un sitio que ambos queriamos pasar desde que nos enteramos que existía. Ese punto era ni más ni menos que el Hommer Tunnel, un pequeñísimo túnel que da paso al otro lado de las montañas. Cuando decimos pequeño, es porque era muy pequeño, a penas 3m y pico de altura y un solo sentido. El túnel tiene semáforos para controlar el tráfico y es un punto de parada en el camino ya que está rodeado de un valle descomunal. Otro atractivo son los Kea (una especie de loros) que se acercan a los coches para ver si pueden pillar algo de comida o comerse el plástico de los limpiaparabrisas o gomas de las puertas.


El Hommer Tunnel es muy angosto, y si a eso se le añade que hace bajada, aún resulta más especial y espectacular, tanto como las vistas al final de él.



La carretera acaba en una pequeño puerto con su terminal, donde hay diferentes compañias dedicadas a hacer cruceros por los fiordos para  tursistas.

Nosotros nos hemos decidido por un barquito pequeño, porque no queríamos mucha aglomeración de gente y tampoco un crucero demasiado largo. El nuestro ha durado dos horas, en los que da tiempo suficiente de navegar por todo el fiordo, llegar hasta el mar de Tasmania, y por el recorrido, ver infinidad de cascadas, focas, leones marinos, pingüinos y Esther cree haber visto un delfín.








De regreso, nos hemos parado en una caminata que se llama Chasm, que dura unos 15-20min y pasa por un puente donde se puede apreciar la erosión del agua en las piedras, y las majestuosas siluetas que eso genera,estas siluetas nos han recordado a calaveras,

Las demás caminatas las hemos obviado por varios motivos (previsión metereológica no muy buena, organizar maleta, planear ruta, poner lavadoras, etc).

Lo dicho, hemos llegado a Te Anau, donde hemos comido, ido al i-site a intentar informarnos para proseguir el camino mañana y a continuación al backpacker a hacer todo lo que teníamos planeado.

Cenita, partidas de billar, a cobijarnos del mal tiempo que se ha levantado y a descansar, que mañana será otro dia de carretera, aunque sin tanta prisa en principio.

Dato curioso:

A los neozelandeses o kiwis (les gusta que les llamen así). les encanta leer. En todas las ciudades y pueblos, por pequeños que sean, tienen su librería pública y a parte de ello hay muchísimas librerias que se dedican a la compra-venta de libros usados.

Tambíén son muy aficionados al cine, porque igual que abundan bibliotecas y librerías, abundan también los video-clubs, hay una United video, en cada ciudad o pueblo por los que pasamos.