martes, 14 de agosto de 2018

Día 8 - 14 agosto 2018

Cómo nos cuesta madrugar!!!

No somos muy previsores y siempre llegamos a los sitios con el tiempo muy justo, pero esta vez, un pequeño fallo a la hora de progamar el despertador, hace que nos levantemos una hora antes de lo previsto, no estamos acostumbrados a que nos sobre tanto tiempo, y nos cabrea no haber podido aprovechar más tiempo descansando en la cama.

Nuestra casita amarilla está muy cerquita del aeropuerto de Vágar (Vágar-flugvöllur) y llegamos enseguida.

El día es oscuro y lluvioso, como el de ayer, y nos sentimos muy afortunados de haber podido gozar de tan buen tiempo los primeros días, ya que nos ha permitido realizar todas las excursiones que teníamos previstas.

Una vez en el aeropuerto, dejamos el coche en el parking del rentcar, y sin más nos dirijimos a facturar el equipaje


El aeropuerto se encuentra desierto, como todo en este país, vamos a echar de menos tanta tranquilidad. En la puerta de embarque nos encontramos con otros turistas que ya vinieron con nosotros en el avión de ida, y que nos hemos ido encontrando por las islas.  Con ellos, compartimos experiencias, y coincidimos todos en  que ha sido un viaje alucinante.



FIN

lunes, 13 de agosto de 2018

Día 7 - 13 agosto 2018

Hoy es nuestro último día en Islas Feroe y nos lo pensamos tomar con calma.

Preparamos las maletas tranquilamente y sin prisas, el día amanece muy nublado y no invita a salir a pasear. Pero Aaron, gran fanático de los juegos de mesa, ha descubierto un juego ambientado en las Islas Feroe ( Hildarting ), y después de investigar por internet, averigua que lo venden en un centro comercial de Tórshavn, la capital, así que decidimos acercarnos y cenar por allí.



El centro comercial SMS no es muy grande, pero está llenísimo de gente, y comentamos que después de una semana por estos lares, es la primera vez que vemos a tanto feroés junto desde la cola de embarque en Barcelona.




En la web www.menu.fo  buscamos un restaurante para cenar y poder degustar la comida local, pero cual es nuestra sorpresa cuando descubrimos que en los restaurantes solo se ofrecen menús degustación a 200€ por persona, lo encontramos excesivo y decidimos cenar en casa tranquilamente, y disfrutar de nuestras últimas horas en nuestro hogar feroense.

Pero antes debemos realizar una parada obligatoria en todos nuestros viajes, enviarnos una postal.


Un vez en casa y con todo ya hecho nos acostamos pronto que mañana toca madrugar, a las 8.00AM sale nuestro avión de vuelta a Barcelona.

domingo, 12 de agosto de 2018

Día 6 - 12 agosto 2018

Para el día de hoy tenemos reservada la visita estrella de estas vacaciones, la isla de Mykines, considerada la joya de la corona de Islas Feroe, gracias a su abundante colonia de puffins (frailecillos), un ave muy pintoresca que solo se deja ver en las costas e islas del Atlántico Norte y el Oceáno Ártico. Sus nidos suelen estar ubicados en lugares muy escarpados y de difícil acceso, características que se cumplen a la perfección en Mykines.


Aunque se puede llegar en helicóptero, nosotros preferimos hacerlo en ferry, partimos desde  Sørvágur, en nuestra isla de Vágar a las 10.20h, el trayecto dura unos 45 minutos y es una atracción en sí mismo por lo extraordinario del paisaje, especialmente por navegar junto al islote Tindhólmur, un saliente de rocas verticales dentadas que asemejan una mano surgiendo de las aguas.



Este ferry hay que reservarlo con antelación, porque es una excursión muy demandada. Nos encontramos con otros viajeros que no puedieron visitar Mykines por falta de plazas. Nosotros la contratamos en www.mykines.fo y nos costó 60 DKK por persona y trayecto, más 105 DKK que se destinan a la conservación de la zona, y con este pago se puede realizar el trekking por la isla.


El puerto de Mykines es bastante particular, incrustado entre rocas que le hacen de rompeolas natural.


Después de desembarcar y subir unas empinadas escaleras, empezamos a caminar, en este momento aparece un guía que nos solicita el voucher para comprobar que todo es correcto y tenemos el correspondiente permiso para movernos por la isla.


Nuestra referencia y el punto al que queremos llegar es al faro de Mykines, este trekking es matador, Esther carga con todo el material fotográfico, comida, bebida y dron, y Aaron con Dídac en la mochila, tras la primera subida acabamos agotados, pero enseguida aparecen delante nuestro los primeros puffins y se nos dibuja una sonrisa en el rostro. Ya los habíamos visto en Islandia, pero no tan de cerca, nos da la sensación que si alargamos la mano los vamos a poder tocar, incluso podemos fotografiarlos con los iPhone. Somos conscientes de que estamos viviendo algo excepcional.






El camino hasta el faro es de una belleza casi legendaria. El sendero, embarrado por momentos, tiende a desaparecer y se convierte en un eterno sube y baja por escarpados acantilados repletos de nidos de puffins. 





Atravesamos por esta zona y tenemos que caminar con cuidado para no pisarlos. Esto no hace mucha gracia a Esther, que se queja porque estamos invadiendo su habitat natural, según ella, este paso tendría que estar prohibido. En este punto se encuentra otro guía vigilando la zona y evitando que los excursionistas se entretengan demasiado tiempo.





El momento más mágico vino al cruzar el puente colgante que conduce a Mykineshólmur entre precipicios con cientos y cientos de aves blancas y negras con picos de vivos colores.




En esta otra isla volvemos a subir otra pendiente interminable, pero cada vez nos encontramos más cerca del faro y esto nos anima a seguir adelante.


Por fin llegamos  y la vista desde aquí es alucinannte, volvemos a improvisar un picnic para comer y hacemos infinidad de fotos, por desgracia en estas islas está prohibido volar el dron y nos quedamos con las ganas de sacarlo.






Mientras comemos se nos acerca un puffin con ganas de unirse a nuestro picnic.



Empieza a hacer frío y a nublarse, así que ponemos rumbo al pueblo de Mykines para visitarlo. Subimos a Dídac en la mochila, y tras pocos pasos cae rendido.


Tras más de 3 horas de excursión llegamos al pequeño pueblecito y nos metemos en la única cafetería a tomar algo caliente, el ambiente es acogedor y aquí pasamos un buen rato reponiendo fuerzas. La cuenta es escandalosa, como todo en estas islas, pero ya contábamos con ello.

Nos damos una vuelta por los alrededores mientras hacemos tiempo a que nos recoja el ferry de vuelta.




Ya en el ferry, bajamos a los camarotes a descansar en unos cómodos sillones y comprobamos que casi todo el pasaje va dormido, está excursión nos ha dejado exahustos a todos.


Por hoy acabamos, volvemos a casa que hoy juega el Barça la Supercopa contra el Sevilla. El día nos despide con este hermoso atardecer.

sábado, 11 de agosto de 2018

Día 5 - 11 agosto 2018

Hoy nos tomamos la mañana libre y nos levantamos sin prisas, desayunamos tranquilamente y tras una ducha reparadora, salimos a inspeccionar la zona.


Nos acercamos a la iglesias de Sandávagur que vemos todos los días desde la ventana de nuestro comedor. Nos llama la atención su tejado rojo y su situación privilegiada, a orillas del mar.




De cerca es todavía más bonita, y en la zona se respira mucha paz. La iglesia se encuentra cerrada, y es una lástima porque dentro se encuentra una piedra rúnica, conocida como "piedra de Sandávagur", en esta piedra está escrito que el vikingo originario de Rogaland, Noruega, fue el primer colono en esta zona. Nos quedamos sin verla, pero aprovechamos que estamos tan cerquita de la playa, para bajar con Dídac y coger conchas y vidrios erosionados, a Dídac le decimos que son "vidres màgics" y se lo pasa en grande buscando estos pequeños tesoros.








Se nos echa el tiempo encima y decidimos volver a casa para comer. Esta tarde tenemos contratada una excursión para explorar en barco los acantilados de Vestmanna.

El crucero nos cuesta 295 DKK por persona y Dídac no paga. Es un tour de 2 horas recorriendo los impresionantes acantilados.


Después de una mañana nublada, el astro rey hace acto de presencia y disfrutamos de un agradable paseo, las condiciones del mar también son buenas, y nuestro experto patrón nos lleva a visitar varias grutas naturales, nosotros alucinamos con el paisaje, es una pena que las fotos no reflejen todo lo que estamos viendo.










A lo lejos podemos avistar los primeros Puffins de este viaje


Nos enseñan las típicas piedras con forma de animales, como este elefante, y proseguimos el tour. 




Para finalizar, nos meten dentro de una cueva donde parece imposible que el barco pueda maniobrar.


Dídac se nos queda dormido en el barco y al llegar a puerto nos acercamos a un parque infantil,  allí esperamos a que se despierte y le damos de merendar, jugamos un rato con él.

Viendo que el día sigue soleado, y antes de dirigirnos a casa, hacemos pequeñas paradas por el camino para contemplar el paisaje. Al llegar a Sandavágur decidimos hacer la última excursión del día y nos acercamos a Trøllkonufingur (El dedo del troll).





Dejamos el coche en un pequeño aparcamiento desierto y comenzamos a caminar por un sendero, donde vamos atravesando diferentes puertas de madera, que tenemos que ir cerrando siempre para que no se escapen las ovejas.

Pensamos que el trekking iba a ser corto, pero nos equivocamos, y la mochila de Dídac la hemos dejado en el coche,  pero el niño se lo pasa en grande cruzando por puentecitos de madera  que cruzan pequeños riachuelos, y tirando piedras al agua.




Llegamos al dedo del troll y después de fotografiarlo emprendemos el camino de vuelta, que la niebla empieza a bajar, y lo que empezó como un día tranquilo ha acabado muy tarde, el sol de medianoche nos juega malas pasadas, pero a nosotros nos encanta.





Dejamos atrás las piscifactorias de salmón, las encontramos por todas partes, y es que Islas Feroe  destaca como un productor boutique especializado en salmones de alta calidad.


Los hemos probado y tenemos que decir que están deliciosos.