Para nuestro último día de vacaciones en Noruega teníamos pensado hacer la ruta de la carretera panorámica de Trollsvegen. Pero esto nos supondría dos horas hasta llegar a ella más otras dos horas de vuelta hasta Ålesund. Teniendo en cuenta que tenemos el vuelo de regreso a Oslo al mediodía, que estamos ya algo cansados y que encima el día amanece muy lluvioso, decidimos por consenso general quedarnos en la cama más rato y anular la visita a esta famosa carretera.
Aaron baja a ampliar el horario del ticket del parking hasta las 10 de la mañana y así desayunamos tranquilamente en nuestro apartamento.
Nos despedimos de nuestro "hogar" y visitamos la iglesia de Ålesund, construida en el 1909.
Cogemos el coche y llenamos el depósito, también aprovechamos para tomar un café.
Nos dirigimos al puerto de Ålesund y aparcamos el coche. Damos un paseo por una calle donde las casas están a la orilla del mar (Ålesundet) y llegamos hasta la oficina de turismo. Por el camino también vemos un Drakkar, embarcación utilizada por los vikingos.
De vuelta al coche entendemos porqué la ciudad está tan concurrida de gente; en el puerto de Ålesund hay atracado un crucero, más alto que la mayoría de edificios.
Pasamos por una tienda de souvernirs y Dídac decide entrar y comprar unos llaveros de recuerdo para los abuelos.
Desde aquí nos dirigimos ya al aeropuerto, donde devolvemos el coche sin problemas, y como aún queda mucho tiempo para que salga nuestro vuelo, damos una vuelta por las tiendas y jugamos a juegos de mesa.
Es curioso como hay muchas cosas relacionadas con los juegos de mesa: desde la puntuación de los libros hasta los cojines de los asientos del aeropuerto tienen dados.
Pasado el tiempo, cogemos el avión que aterriza con retraso en Oslo, esto nos parece perfecto porque así tendremos que esperar menos tiempo nuestro vuelo a Barcelona.
Una vez aterrizados en nuestra ciudad, salimos a la calle y el calor se nos hace insoportable, nos damos cuenta de lo bien que hemos estado en los países nórdicos, bienvenidos a la realidad.