viernes, 2 de septiembre de 2016

Día 11 - 2 septiembre 2016

Llegó el final del viaje, pero aún nos quedan unas horitas hasta coger el avión en Münich, y queremos aprovecharlas.

Hacemos el checkout a las 10:00 y de aquí nos acercamos al Schloss Hellbrunn, que está a 4,5 km de Salzburgo,

Nos acercamos a las taquillas, para comprar la entrada a los curiosos Wasserspiele (juegos de agua), esta visita es obligatoriamente guiada y nos cuesta 12,50€ por persona.


También existe la posibilidad de comprar la entrada al castillo, pero andamos escasos de tiempo, y lo más famoso de este lugar son sus famosos chorros de agua, ideados por un príncipe-arzobispo con un perverso sentido del humor. No queremos explicar más, porque lo importante es venir aquí y descubrirlo, eso sí, echar en la mochila ropa de recambio, y poner mucho cuidado donde os sentáis, las risas y cabreos están aseguradas en este lugar.




Atención: El siguiente video contiene Spoilers.








De camino a Münich paramos a ver el lago Chiemsee y en una área de servicio a comer las clásicas Currywurst.




Como vamos bien de tiempo, decidimos parar en Münich una última vez, antes de poner rumbo al aeropuerto.


El vuelo, para variar, sale con retraso, pero nuestro piloto consigue acortar el trayecto en 25 minutos!!! 

Al llegar a casa, toca la rutina de siempre, descargar rápidamente las fotos en el ordenador, para recordar y volver a vivir cada momento de éste fantástico viaje, y es que es lo que más nos gusta, viajar, viajar, viajar.

Auf wiedersehen!

Aaron&Esther&Dídac

jueves, 1 de septiembre de 2016

Día 10 - 1 septiembre 2016

Hoy es nuestro último día en Austria antes de volver mañana a casa. Y nos hemos dejado para hoy, uno de los pueblos más bonitos de este país, Hallstatt.

Dudamos un poco entre ir o no ir, ya que las condiciones meteorológicas no son muy buenas, la previsión es de lluvia al mediodía, y tenemos 73 km desde Salzburgo, una hora aproximada de viaje. 

Finalmente, decidimos aventurarnos e intentarlo, hemos tenido muy buena suerte con el tiempo, y pensamos que ésta suerte, nos va a seguir acompañando.

Del desayuno en nuestro hotel salimos bastante decepcionados, poca variedad y algo escaso, menos mal que por lo menos está muy bien ubicado.


Elegimos la ruta que pasa por Fuschl, Sankt Gilgen, Bad Ischl.

Los pueblos que nos vamos encontrando a orillas del lago Hallstätter See son preciosos, aunque el mal tiempo que hace los desluce un poco, intentamos ser optimistas y pensar que en Hallstatt nos va a hacer bueno.

En Sankt Gilgen nos pasamos de largo el desvío, ya que pensamos que un destino tan popular tendría unos accesos más amplios.

Pasamos por Bad Ischl donde se encuentra el famoso balneario de Sissi, y lo dejamos para la vuelta.

La entrada a Hallstatt se hace por un túnel excavado en la montaña que atraviesa todo el pueblo y desemboca en tres grandes parkings en las afueras, el acceso en coche al pueblo sólo está permitido a los vecinos.

Ha sido bajar del coche y aparecer un sol radiante, así que de camino al pueblo nos vamos ya quitando ropa, pues empieza a hacer calor.

Divisamos la primera panorámica con sus casas color pastel reflejadas en el lago cristalino situado entre altísimas montañas.



Y nos dan la bienvenida unos descarados cisnes, que están muy acostumbrados a tratar con los turistas.


Seguimos paseando por la que creemos que es la única calle de Hallstatt, y pasamos por la iglesia, que está al final de unos altísimos escalones, pero como vamos con el carricoche del niño no subimos, y seguimos paseando hasta una pequeña esquina desde donde sacamos la famosísima foto de esta localidad que aparece en todas las guías de Austria.





Ya hemos recorrido todo el pueblo y decidimos buscar un lugar para comer, encontramos una terraza al borde del lago, y cuando ya estamos casi acabando se levanta un viento frío y comienza a diluviar.

Pagamos rápidamente y nos ponemos a cobijo hasta que afloja un poco, y Aaron aprovecha para ir a buscar el coche que está bastante lejos.

Nuestra idea era volver por otra ruta, la que pasa por los lagos, Unterach am Attersee, Sankt Lorenz, pero viendo el mal tiempo que hace, decidimos coger la ruta más corta (Abtenau, Gröding), y así llegar antes a nuestro hotel.

Una vez en Salzburgo, el sol vuelve a salir, así que sin dejar el coche vamos directamente a los jardines del palacio de Mirabell, famosos por aparecer en la película de Sonrisas y Lágrimas.

Paseamos tranquilamente y a Aaron le recuerdan al parque de la Ciutadella, por la cantidad de pokeparadas que se encuentran cerca de su fuente.





Al salir de aquí aparecemos justo delante de la casa dónde nació el físico Doppler y al lado la casa dónde vivió Mozart.


Y muy cerquita de allí la iglesia de la Trinidad.


Toca preparar maletas para mañana.