martes, 21 de abril de 2015

Día 6 - 1 de Abril 2015

Hoy nos toca volver a Belém para visitar la torre, el Mosterio dos Jerónimos y la exposición Berardo.

Decidimos empezar por la torre, nos ponemos en la cola para comprar la entrada combinada a esta torre y al Mosteiro. Aquí perdemos más de dos horas haciendo la maldita cola, ya que la torre tiene un aforo de 150 personas y la espera se nos hace interminable. 



Para rizar el rizo, cuando ya casi estamos, se estropea el ordenador de  tickets, y nos desesperamos.

Una vez dentro, la torre nos defrauda un poco. En su interior no hay nada que ver, más que unos cuantos cañones, una escalera de caracol con un semáforo, que regula la subida y bajada de personas y por último, la azotea donde se puede apreciar el Tajo, el Puente 25 de Julio y los alrededores...






Salimos de la torre dirección al Museo Colecção Berardo, con algo de prisa, ya que hoy nos toca coger el avión de vuelta a Barcelona y queremos que nos de tiempo a visitar lo poco que nos falta de Lisboa.

La entrada a este museo es gratuita, y en él podemos contemplar obras de Picasso, Miró, Dalí, Warhol, Lichtenstein, Pollock, y muchos otros representantes del arte moderno y contemporáneo.



Recorremos la exposición buscando las obras de artistas conocidos y sorprendiéndonos con obras de artistas para nosotros totalmente desconocidos.





A Aaron le gustó este cuadro especialmente, del artista Mel Ramos.


Nuestra última visita de hoy es el Mosteiro dos Jerónimos, y no tenemos que hacer cola al haber comprado ya la entrada combinada en la torre de Belém.

La visita consta de dos partes; en la primera se puede visitar el claustro, y varias salas repartidas en diferentes niveles.




La segunda parte,  la iglesia de Santa María de Belém, que es gratuita, donde se encuentra la sepultura del explorador Vasco de Gama, descubridor de la ruta marítima que unía Europa con Asia, bordeando el sur de África,



Con todo ya hecho y los riñones reventados, ponemos rumbo a la pastelería de Belém que ya habíamos visitado hace un par de días, allí comemos algo rápido y para despedirnos, otro pastelito típico, que están riquísimos y que echaremos de menos.

Ya en nuestro hotel, recogemos las maletas, y con el aerobús, ponemos rumbo al aeropuerto.

Fin de esta aventura, nos despedimos por un tiempo, pero amenazamos con volver!!!

Hasta pronto...

Aaron&Esther

lunes, 20 de abril de 2015

Día 5 - 1 de Abril 2015

Hoy volvemos a coger un tren para desplazarnos a la villa de Sintra, situada al noroeste de Lisboa, a unos 30Km. de distancia.

El tren dirección Sintra sale de la estación de Rossio, así que decidimos ir andando desde el hotel. Hay trenes cada 20min y el trayecto cuesta 2,15€. En esta estación, a diferencia de la de Cais do Sodré, hay taquillas y personal para poder sacar el billete manualmente y máquinas para poder cargar la tarjeta automáticamente. Las colas son interminables en ambas, nos decidimos por las máquinas pensando que serían más rápidas, pero nos equivocamos, porque se quedan colgadas con facilidad y perdemos el suficiente tiempo como para perder 2 trenes y pillar el tercero a 1min de su salida, previo sprint por los andenes.



El paisaje durante el trayecto no es nada bonito, ya que transcurre entre núcleos urbanos.

Sintra es un famoso parque con palacios, asentado en una frondosa colina y catalogado por la Unesco "Paisaje Cultural".

La estación de tren de Sintra se encuentra situada a los pies de esta colina. Al lado de esta estación   se encuentra una parada de autobuses con diferentes líneas, que dan opción a diferentes itinerarios. Nosotros nos decidimos por el 434, con paradas en: Palacio Nacional de Sintra, Palacio da Pena, y Castelo dos Mouros. Para más información y otros itinerarios, os ponemos la web: www.scotturb.pt

El Palacio Nacional es lo primero que visitamos y aquí compramos las entradas combinadas para este palacio y el de Pena y nos cuesta 22,80€ cada entrada.

Recorremos todas las estancias de este palacio, incluída la cocina donde se encuentran dos chimeneas cónicas, conocidas porque aparecen en casi todas las imágenes que podemos encontrar en Google  de Sintra.






Al salir, volvemos a coger el bus hacia Pena. Para llegar a la cima hay una corta caminata, pero con bastante desnivel, así que decidimos coger un bus interno, 3€ ida/vuelta, y nos deja en la misma puerta del palacio.  En otro momento hubiésemos optado por la caminata, pero debido al estado de Esther, decidimos hacerlo en bus. Los tickets se compran en la tienda de recuerdos que hay al entrar en el recinto, a mano derecha. No se venden en el autobús.

Este castillo es muy atractivo visualmente gracias a su combinación de alegres colores. 



La visita por este castillo también es libre, por tanto nos paramos todo lo que queremos y más en cada rincón para sacar la foto perfecta.







Al pasear por las torres se puede apreciar en la distancia el Castelo dos Moros, una larga muralla que serpentea por la ladera de la montaña.



Cogemos el mini-bus de bajada y esperamos al 434 para volver al centro histórico, donde hacemos algunas fotos más del Palacio Nacional, y desde aquí nos acercamos andando hasta la estación para buscar un restaurante llamado Apeadeiro. 



Este restaurante casero, ofrece comida portuguesa a buen precio, su especialidad es el Bacalao Apeadeiro que pidió Esther y que no le defraudó.

Volviendo a la estación cogemos el tren justo a 2min de su salida, todo nos sale redondo.

Por la noche, ya en Lisboa, tenemos reserva en el restaurante Feitoria, un restaurante con una estrella Michelin, a cargo del chef José Cordeiro. El restaurante es elegante y tiene vistas al río Tajo, un lugar encantador.

Nos inflan a platitos “de parte del Chef” (traducción de nuestro amable camarero). Escogemos unos platos principales, un postre de Guayaba y nos sorprenden con otro postre “del Chef”.





Una cena para dos, con entrantes, plato principal, postre y una copa de vino por persona rondaría los 200€, a nosotros nos costó un poco menos, porque no pedimos entrantes y Esther cambió la copa de vino por un mojito virgen (sin alcohol), que estaba delicioso.

Para volver del restaurante (que se encuentra en Belém) al hotel cogemos e tranvía 15, esta vez  el tranvía es antiguo, donde el conductor tiene que cambiar el cartel de destino a mano, sacando un espejo por la ventana a lo “palo selfie” y con la otra mano gira una manivela.




viernes, 10 de abril de 2015

Día 4 - 31 de Marzo 2015

Hoy nos desplazamos a una localidad cercana a Lisboa,  Cascais, un pequeño pueblo de pescadores que en su día fue escogido por artistas y aristócratas como destino de vacaciones.

Los trenes salen desde la estación de Cais do Sodré (Lisboa), cada 30min, y el trayecto de 40min cuesta 2,15€ que se deben cargar en la tarjeta Viva Viagem.

Al llegar, nos damos un  tranquilo paseo por sus calles repletas de turistas y autóctonos en dirección a la playa.


Paseamos bordeando la orilla del mar hasta llegar a la marina, la Ciudadela y el Faro de Santa Marta.





Hay pequeñas calitas donde la gente toma un baño.


Seguimos andando por un bonito y cuidado paseo, y al ver que no acababa nunca, y que el pueblo ya lo habíamos dejado bastante atrás, decidimos volver. De regreso una pareja nos pregunta por Boca do Inferno. Esther recuerda que había leído acerca de este sitio, pero no sabíamos por donde paraba.

De vuelta al pueblo, decidimos buscar la oficina de turismo para informarnos. Al no encontrarla, buscamos el restaurante Jardim dos Frangos, un buen sitio donde comer barato  y con una terraza muy agradable. La especialidad aquí es el pollo piri-piri, que encontramos delicioso.

Con el estómago ya lleno, encontramos delante del restaurante, la oficina de turismo, donde nos informan cómo llegar a Boca do Inferno.

Es el mismo paseo que habíamos recorrido antes de comer, y al llegar nos damos cuenta que nos habíamos dado la vuelta, a penas 5 minutos antes de llegar.




Ya de regreso a la estación de tren, nos paramos en el paseo marítimo para ver como ruedan un anuncio para Coca-Cola.


Y al hotel a descansar!

jueves, 9 de abril de 2015

Día 3 - 30 de Marzo 2015

Hoy nos hemos levantado decididos a visitar el Mosteiro dos Jerónimos en el barrio de Belém, y el Museu Colecção Berardo. Para ello nos hemos desplazado hasta la parada de metro de Terreiro do Paço, que nos deja justo en Praça do Comércio. Aquí tenemos que coger el autobús 714 situado a la izquierda del Arco da Vitória que da acceso a la Rua Augusta.


Después de esperar el cuarto de hora de rigor, ha aparecido el autobús que en menos de 20 minutos nos llevaría al Monasterio.

A mitad de camino, leemos en la guía que los lunes el monasterio está cerrado, así que nos consolamos pensando que podemos visitar el Museo Berardo. Error, también está cerrado, aunque  en nuestra guía, Lonely Planet, leemos que abre todos los días de la semana (tendrán que actualizarla…).

Con el cabreo de haber perdido casi 40 minutos, nos vamos a probar los típicos pastelitos de Belém, a  la pastelería Antiga Confeitaria de Belém, a ver si el dulce nos levanta un poco el ánimo.


En el local hay una cola bastante larga de gente esperando para comprarlos y llevárselos. Nosotros hacemos la cola para comprar los primeros pastelitos, pero siguiendo el consejo que nos dieron los chicos del alquiler de bicis, entramos por otra puerta para acceder a las mesas. Justo encontramos una mesa libre y nos atienden.


Esther se pone a investigar y descubre que, lo que a priori parece un local pequeño, alberga grandes salones en su interior, donde nos movemos para estar más cómodos.


A parte de los pastelitos, probamos unas croquetas caseras increíbles. La variedad de productos que tienen en las barras es muy amplia y todo entra por los ojos…


Con el estómago lleno, volvemos a coger el 714 de vuelta. Para poder aprovechar la mañana, cogemos el metro en Terreiro do Paço, en la línea azul, hasta la parada de Oriente, en la roja. Aquí visitamos el Parque das Nações.


Es  un conjunto de edificios construidos para la Expo del 98. Entre ellos, un centro comercial, el Oceanário, la Torre Vasco de Gama y un teleférico, que cogemos en la Torre Vasco De Gama, sólo de ida, y contemplamos unas vistas muy bonitas, del puente Vasco de Gama, el Oceanário y nos hacemos una idea de la enorme superficie que ocupa este parque.






Comemos rápido en el centro comercial y cogemos el metro para dirigirnos otra vez al centro de Lisboa.


Volvemos a Terreiro do Paço para poder visitar la zona de Praça do Comércio, la Rua Augusta hasta Rossio. De camino vemos el Elevador de Santa Justa, que es un ascensor vertical callejero, obra de un aprendiz de Gustave Eiffel.



En Rossio visitamos la Igreja de São Domingos, muy curiosa por dentro, ya que ha soportado un terremoto y un incendio. Estas catástrofes se pueden apreciar en sus maltrechos pilares y paredes.



También probamos la Ginjinha, un licor de cereza típico del barrio de Rossio, y que fue inventado aquí por un fraile.



Yen este punto ponemos rumbo al hotel.

Para la noche hemos reservado en el restaurante Grapes&Bites, situado en Bairro-Alto, lugar acogedor con música en directo, gran selección de vinos portugueses y petiscos (tapas). Esta vez decidimos subir andando en lugar de esperar al Elevador de Glória.