sábado, 19 de agosto de 2017

Día 11 - 18 agosto 2017

Hoy visitamos Venecia, pero sin horarios ni prisas, ya que en esta ciudad, estuvimos hace ya 8 años, en nuestro primer viaje como pareja, donde recorrimos toda la Toscana, desde Venecia hasta Pisa.

La ciudad luce igual de bonita a como la recordábamos, pero con mucha más gente por todas partes, nada recomendable visitarla en agosto, hay que hacer cola hasta para andar.




Paseando llegamos a San Marco, y Aaron decide invitar a Esther a un paseo en góndola, algo que ya quiso hacer en su primer viaje, pero que al ser estudiante entonces, no pudo permitirse.


Hoy sí, así que cogemos la góndola  y escogemos la ruta corta, la que solo lleva por el canal del Puente de los Suspiros. Esta ruta cuesta 80€,  el precio está estipulado por el ayuntamiento, y las tarifas van desde 80€ un paseo de 30 min a otros de 100 o 160€, pudiendo este precio subir si se quiere de un paseo personalizado o uno nocturno.






El paseo se nos hace agradable y ameno, ponemos en el móvil a Pavarotti de fondo, ya que nuestro gondolero no quiere cantarnos, y pasamos un rato muy relajado contemplando desde nuestra góndola la casa donde vivió Casanova y el Palacio Ducale.


De vuelta nos proponemos llegar a un restaurante que nos llevó un amigo de Aaron la última vez que visitamos Venecia. El lugar se llama Ca D’oro alla Vedova y es famoso por sus polpette (albondigas fritas), acompañadas de una ombra di vino (un vasito pequeño de vino).



Encontramos el restaurante, Aaron tiene muy buena memoria, pero para nuestra decepción, el local se encuentra cerrado por obras.


Picamos algo en el Mc Donald’s de al lado para recuperar un poco las fuerzas con el aire acondicionado, y hacer tiempo para que Dídac despierte y comamos juntos.

Paramos en una pequeña trattoria de un callejón cualquiera a comer.

El conserje del hotel nos había dicho que como muy tarde debíamos recoger las maletas a las 17h, y nuestro avión sale a las 22h, así que pensamos que es mejor ir pronto al aeropuerto antes que matar el tiempo en Venecia cargados con todo el equipaje.

Bajamos a San Marco a coger el vaporetto/traghetto hacia el aeropuerto.

El trayecto dura casi 1h, con diferentes paradas en varios puntos de Venecia, Lido y Murano. El calor dentro del barco es agobiante.



En el aeropuerto, y ya algo más fresquitos buscamos los mostradores de facturación y entablamos conversación con unos chicos musulmanes que justo el día antes de los atentados estaban paseando por las Ramblas y aun se encontraban en estado de shock.


Ya facturados y con menos bultos, damos las vueltas de rigor por las tiendas de duty free, cenamos algo y a esperar el embarque, que va con un poco de retraso.

El avión llega perfecto y solo nos queda despedirnos e invitaros a seguirnos en nuestra próxima aventura.


Islas Feroe!!!

viernes, 18 de agosto de 2017

Día 10 - 17 agosto 2017

Hoy es día de mudanza y carretera. Nos despedimos de Eslovenia para dirigirnos a Venecia y volver ya a casa. Pero antes queremos visitar Piran, ciudad situada en la costa eslovena asentada en la punta de una estrecha península.

Llegamos a Piran y nos cuesta muchísimo aparcar, ya que el acceso en coche está restringido a residentes, y tenemos que dejar el coche en uno de los aparcamientos situados fuera del casco antiguo, que están llenísimos, pero finalmente, lo conseguimos.


Felices y contentos nos dirigimos a la plaza central, donde nos dan la bienvenida dos columnas de piedra con dos mástiles de madera, que indicaban, hasta 1894 la entrada al puerto. En ese año el puerto se rellenó y se construyó la plaza que hoy vemos. Apreciamos enseguida el estilo veneciano, ya que esta ciudad estuvo cinco siglos ocupada.


En la plaza se encuentran varios puntos de interés, como la iglesia de San Pedro, los tribunales, el ayuntamiento, la casa Tartini, donde nació el compositor y la llamativa Casa Veneciana, con su famosa inscripción en latín, Lassa pur dir "déjales que hablen".





Desde aquí ponemos rumbo a la Catedral de San Jorge, por empinadas y empedradas calles, donde nos cuesta bastante manejarnos con el carricoche del niño, el calor también es agobiante, y esto hace que lleguemos cansadísimos. 




Pero aún nos queda lo peor, subir los interminables escalones del campanile, hasta alcanzar los 47m de altura que tiene este campanario. Así que ponemos la mejor de nuestras sonrisas, pagamos el euro de la entrada, y con Dídac en brazos, comenzamos el ascenso.


Una vez arriba, las vistas nos dejan sin palabras, la panorámica de la ciudad es preciosa, con el cristalino mar Adriático envolviéndolo todo, y ahora entendemos porque nuestra guía de viaje Lonely Planet, eligió esta imagen como portada de su guía de Eslovenia.






Bajamos y seguimos bordeando la península para encontrar un lugar donde comer. Pero el mar tan cerca y las altas temperaturas nos empujan, a por lo menos, remojarnos un poco los pies, ya que los bañadores, muy a nuestro pesar, se han quedado en el coche.




Encontramos un coqueto restaurante con vistas al mar para comer tranquilamente. Después de comer seguimos paseando y aprovechamos para realizar las últimas compras, y poner ahora ya sí, rumbo a Venecia.








Nos quedan unas 2h30min de trayecto, y 10,80€ de peaje.


La llegada a Venecia es caótica y masificada, gente y tráfico por todas partes, y para más "inri"nos equivocamos de estación de tren donde devolver el coche,  tenemos que dar media vuelta e ir hasta Mestre, en las afueras.


Dejamos el coche y nos preguntamos cómo llegar al hotel desde aquí. Google nos ayuda.

Cogemos el autobús número 2 destino Venezia (Piazzale Roma). No esperamos ni 2 minutos hasta que llega. Son unas 6 paradas. Desde allí debemos coger un traghetto/vaporetto hacia Rialto. 


Volvemos a tener suerte y el traghetto/vaporetto sale 3 minutos después de que subamos.



El caos empieza al tener que llegar al hotel con la maleta, el carro, las bolsas, Dídac y los puentes que hay que cruzar.

El hotel nos cuesta un poco encontrarlo, nos lo pasamos de largo. Pero al final llegamos, Hotel Orion. 

En este momento, al concectarnos a la wifi del hotel, nuestros móviles se vuelven locos recibiendo whatsapp, y así nos enteramos del atentado en Barcelona. Nos quedamos destrozados, no nos acabamos de creer que una cosa así pueda pasar en nuestra ciudad, en esas Ramblas que tantas y tantas veces nos hemos pateado. En este momento no tenemos ya ganas de nada, no nos apetece hacer nada. Pero después de sobreponernos a la noticia decidimos salir y hacer lo que teníamos previsto, aunque el estado de ánimo no acompañe. #NoTenimPor.


Damos una vuelta por San Marco, y vemos que el Puente de los Suspiros ya está restaurado, en nuestra anterior visita, ya hace 8 años, lo vimos todo tapado por una lona con publicidad.



Seguimos caminando y paramos a cenar en un restaurante cualquiera.

Queríamos llegar a Rialto de noche, pero Dídac ya está cansado y nos recogemos pronto.

Día 9 - 16 agosto 2017

Hoy decidimos dedicar el penúltimo día en Eslovenia a visitar Ljubljana y pasear por su casco antiguo.

Pero antes queremos refrescarnos un poco y nos acercamos a la piscina. Allí pasamos gran parte de la mañana jugando en familia.



Dídac no se agota nunca, pero nosotros cansados ya de tanto chapotear en el agua, recogemos, y en poco menos de 10 minutos, nos plantamos en el centro de la capital del país.

Paseamos por sus calles sin prisa alguna, buscando algún restaurante donde poder comer.





Después de comer y aprovechando que Dídac duerme cogemos, cerca del mercado de Vodnikov trg, el funicular, que nos deja en lo alto de una colina de 375m.

El funicular cueste de subida y bajada 4€. Pasear por los alrededores del castillo es gratis, pero hay que pagar para entrar en la atalaya y la capilla de San Jorge. Esto nos cuesta 8€ por persona, pero aconsejamos no hacerlo, ya que desde el castillo y sus alrededores se tienen las mismas vistas que desde la atalaya. Y la capilla de San Jorge no tiene nada que merezca la pena destacar.




Volvemos a coger el funicular para descender y nos dirigimos al puente del Dragón, muy querido por los lugareños, donde cuenta una leyenda popular que los dragones alados mueven la cola cada vez que una virgen atraviesa el puente, pero esto nadie lo ha visto (chiste).







Antes de volver a coger el coche cumplimos con la tradición de cada viaje. Esther se autoenvía una postal del país que estamos visitando.


La última visita que queríamos realizar hoy es a Metelkova Mesto, una antigua guarnición militar, ocupada en los 90, y convertida hoy en un Centro Social Autónomo donde conviven artistas, ocupas y cualquier persona que quiera residir en un lugar tan peculiar. Buscando aparcamiento, vemos que el ambiente no es el más adecuado para Dídac, ya que vemos a mucho borracho con litrona en mano, así que decidimos cancelar visita y dirigirnos a "nuestro" parque en Ljubljana, y acabar allí el día.