viernes, 18 de agosto de 2017

Día 10 - 17 agosto 2017

Hoy es día de mudanza y carretera. Nos despedimos de Eslovenia para dirigirnos a Venecia y volver ya a casa. Pero antes queremos visitar Piran, ciudad situada en la costa eslovena asentada en la punta de una estrecha península.

Llegamos a Piran y nos cuesta muchísimo aparcar, ya que el acceso en coche está restringido a residentes, y tenemos que dejar el coche en uno de los aparcamientos situados fuera del casco antiguo, que están llenísimos, pero finalmente, lo conseguimos.


Felices y contentos nos dirigimos a la plaza central, donde nos dan la bienvenida dos columnas de piedra con dos mástiles de madera, que indicaban, hasta 1894 la entrada al puerto. En ese año el puerto se rellenó y se construyó la plaza que hoy vemos. Apreciamos enseguida el estilo veneciano, ya que esta ciudad estuvo cinco siglos ocupada.


En la plaza se encuentran varios puntos de interés, como la iglesia de San Pedro, los tribunales, el ayuntamiento, la casa Tartini, donde nació el compositor y la llamativa Casa Veneciana, con su famosa inscripción en latín, Lassa pur dir "déjales que hablen".





Desde aquí ponemos rumbo a la Catedral de San Jorge, por empinadas y empedradas calles, donde nos cuesta bastante manejarnos con el carricoche del niño, el calor también es agobiante, y esto hace que lleguemos cansadísimos. 




Pero aún nos queda lo peor, subir los interminables escalones del campanile, hasta alcanzar los 47m de altura que tiene este campanario. Así que ponemos la mejor de nuestras sonrisas, pagamos el euro de la entrada, y con Dídac en brazos, comenzamos el ascenso.


Una vez arriba, las vistas nos dejan sin palabras, la panorámica de la ciudad es preciosa, con el cristalino mar Adriático envolviéndolo todo, y ahora entendemos porque nuestra guía de viaje Lonely Planet, eligió esta imagen como portada de su guía de Eslovenia.






Bajamos y seguimos bordeando la península para encontrar un lugar donde comer. Pero el mar tan cerca y las altas temperaturas nos empujan, a por lo menos, remojarnos un poco los pies, ya que los bañadores, muy a nuestro pesar, se han quedado en el coche.




Encontramos un coqueto restaurante con vistas al mar para comer tranquilamente. Después de comer seguimos paseando y aprovechamos para realizar las últimas compras, y poner ahora ya sí, rumbo a Venecia.








Nos quedan unas 2h30min de trayecto, y 10,80€ de peaje.


La llegada a Venecia es caótica y masificada, gente y tráfico por todas partes, y para más "inri"nos equivocamos de estación de tren donde devolver el coche,  tenemos que dar media vuelta e ir hasta Mestre, en las afueras.


Dejamos el coche y nos preguntamos cómo llegar al hotel desde aquí. Google nos ayuda.

Cogemos el autobús número 2 destino Venezia (Piazzale Roma). No esperamos ni 2 minutos hasta que llega. Son unas 6 paradas. Desde allí debemos coger un traghetto/vaporetto hacia Rialto. 


Volvemos a tener suerte y el traghetto/vaporetto sale 3 minutos después de que subamos.



El caos empieza al tener que llegar al hotel con la maleta, el carro, las bolsas, Dídac y los puentes que hay que cruzar.

El hotel nos cuesta un poco encontrarlo, nos lo pasamos de largo. Pero al final llegamos, Hotel Orion. 

En este momento, al concectarnos a la wifi del hotel, nuestros móviles se vuelven locos recibiendo whatsapp, y así nos enteramos del atentado en Barcelona. Nos quedamos destrozados, no nos acabamos de creer que una cosa así pueda pasar en nuestra ciudad, en esas Ramblas que tantas y tantas veces nos hemos pateado. En este momento no tenemos ya ganas de nada, no nos apetece hacer nada. Pero después de sobreponernos a la noticia decidimos salir y hacer lo que teníamos previsto, aunque el estado de ánimo no acompañe. #NoTenimPor.


Damos una vuelta por San Marco, y vemos que el Puente de los Suspiros ya está restaurado, en nuestra anterior visita, ya hace 8 años, lo vimos todo tapado por una lona con publicidad.



Seguimos caminando y paramos a cenar en un restaurante cualquiera.

Queríamos llegar a Rialto de noche, pero Dídac ya está cansado y nos recogemos pronto.

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