domingo, 13 de agosto de 2017

Día 5 - 12 agosto 2017

Una vez instalados en la capital, nos toca decidir como organizamos las visitas de los días que vamos a pasar por aquí.

Como la mayoría de los lugares que vamos a visitar son de montaña, lo decidiremos en función de la previsión meteorológica.

Hoy nos despertamos con un día nublado y previsión de lluvia, así que decidimos visitar las cuevas de Postojna y el castillo de Predjama.

La cueva de Postojna, es una de las más grandes del mundo y es uno de los destinos turísticos más populares de Eslovenia. Es un lugar muy concurrido, ya desde la salida de la autopista encontramos retención, y los diferentes párkings se empiezan a llenar.

La entrada a todo el reciento nos recuerda a Port Aventura, todo muy organizado y adaptado para poder movernos con el carrito de Dídac. Recomendamos madrugar para llegar pronto, y con la entrada comprada por internet, así nos ahorraremos las pesadas colas y algo de dinero, ya que comprarla al momento es algo más caro que por la web.


Nosotros tenemos que hacer una cola interminable por no haber sido más previsores, y cuando por fin llega nuestro turno,  compramos la entrada combinada para las cuevas y el Castillo de Predjama, todo por el "módico precio" de 78€ los tres, comentamos entre nosotros que nos parece carísimo, pero que tenemos la esperanza de que al menos merezca la pena.

Las visitas se realizan en diferentes turnos horarios y a nosotros nos toca el de la 13.30h. Mientras llega nuestra hora, pasamos el tiempo visitando los alrededores y las muy numerosas tiendas de souvenirs.



Las visitas guiadas a la cueva se realizan también en diferentes idiomas, pero entre ellos no está el castellano. Nosotros, al comprar la entrada, habíamos elegido el inglés, pero Esther en el último momento lo cambia por el Italiano, que a ella le resulta más fácil, y con el que Aaron tampoco tiene ningún problema.


Nuestra guía nos comenta que en la cueva hace unos 10ºC de temperatura, así que todo el grupo empieza a sacar chaquetas de las mochilas, y una vez abrigados, nos explica que vamos a coger un tren eléctrico que nos ayudará a recorrer unos 3 km. de túneles, el resto de los 5 km. totales se recorren a pie.


El tren se pone en marcha y Dídac va entre asombrado y asustado, y no se mueve ni un momento del regazo de Esther. Nosotros empezamos a alucinar con la cueva, con sus impresionantes cavernas y galerías, y sus enormes estalagmitas y estalactitas. Anteriormente ya habíamos visitado diferentes cuevas de este tipo, pero ninguna parecida a esta de Postojna.








Salimos de la cueva agradeciendo el "caloret" del exterior y buscamos un restaurante para comer.


Pedimos pavo y un plato típico de los balcanes, Čevapčiči, una especie de salchicha. A Dídac parece que el pavo que le hemos pedido no le entusiasma, pero se come con ganas el Čevapčiči.


Al acabar de comer cogemos el autobús gratuito que lleva al castillo. Sale cada hora en punto, desde el párking de la cueva, y a las medias desde el castillo. Son 11km de distancia, recomendamos hacer cola prontito para coger asiento, si no toca ir de pie y es algo incómodo debido a las numerosas curvas que hay en la carretera.

Al bajar del autobús vemos el castillo de Predjama al fondo, esculpido en la roca y quedamos impresionados por la vista. Nos parece una maravilla y llegamos a la conclusión que ninguna de las fotos que hasta entonces hemos visto de éste lugar, hacen justicia a semejante monumento.



Enseñamos la entrada y nos dan una audiguía gratuita que nos va informando de las diferentes dependencias del castillo. En el autobús nos habían dado un tríptico de la excursión donde se indicaba que existía aplicación para móviles, por si no queréis cargar con la audiguía.


Lo primero que cruzamos es el foso, y comenzamos la visita por las estancias, la capilla, el antiguo calabozo o los establos que eran una parte de la cueva original.


Una de las partes más curiosas es recorrer el corredor que lleva a la caverna de la cueva natural, desde donde la vista del valle nos parece impresionante.


Para acceder a este corredor hay que subir una escalera  bastante empinada y en mal estado, así que lo hacemos por turnos, primero sube Aaron y Esther se queda con Dídac y luego al contrario. Nos parece algo peligroso subir con el niño en brazos, mejor no correr riesgos innecesarios. En este desdoblamiento de funciones, Dídac empieza a jugar con unas piedras redondas. Ponemos la audioguía y esta nos indica que dichas "bolas" en realidad son proyectiles con los que atacaron la fortaleza.


La mejor parte del castillo sin duda es la del final, subiendo a la parte más alta, se encuentra una pequeña campanita que puedes hacer sonar para que se cumpla un deseo, y la cueva secreta en la cima del castillo.


Cuenta la audioguía que por este corredor es por donde huía Erazem Lueger (el Robin Hood de Eslovenia), cuando fue asediado. El camino continua por unas escaleras que están cerradas al público, aunque contratando la visita y llevando el equipo de escalada adecuado se puede realizar.


Una vez visto todo miramos el reloj y vemos que quedan solo 2 minutos para que salga el autobús. 

Salimos corriendo, Esther en cabeza para intentar parar el bus, y aunque lo consigue, no tenemos suerte, va completo y no podemos subir ni tan siquiera uno de los dos para ir a buscar el coche.

Nos toca esperar 1h hasta el siguiente autobús.

Cuando por fin llega, empiezan las carreras por subir, hay un poco de descontrol, pero nosotros le echamos morro, somos los primeros de la fila y no vamos a dejar que ningún espavilado de última hora suba antes que nosotros.

El bus nos deja en el párking de las cuevas, nos alegramos de coger nuestro coche rumbo a Ljubljana para cenar y descansar.

Nos lo hemos ganado!!!

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