lunes, 14 de agosto de 2017

Día 6 - 13 agosto 2017

Hoy domingo teníamos pensado visitar el lago Bled, pero consultamos el estado del tráfico, y ya desde primera hora de la mañana, vemos que hay retenciones. Así que posponemos la visita para un día entre semana, suponiendo que habrá menos afluencia de gente.

En su lugar Esther propone ir a visitar las altas praderas de Velika Planina, situadas en el corazón de los Alpes Kamnik y donde se asienta uno de los pueblos de pastores más grandes de Europa, para descubrir su arquitectura única de cabañas con los tejados hechos de tejas de abeto que llegan casi hasta el suelo.

Ponemos rumbo a Kamnik, y de ahí seguimos las indicaciones que encontramos por el camino dirección Kamniška Bitrica - Gornji Grad.

Esta ruta nos lleva a los pies del teleférico que da acceso a estas bucólicas praderas. El párking del teleférico es relativamente pequeño y está a reventar. La gente aparca donde puede, incluso en las cunetas.

No sabemos donde dejar el coche pero nos sale al paso un chico muy amable de la organización, y nos comenta que si solo vamos a pasar el día de hoy, podemos aparcar dentro del camping, que se encuentra allí mismo.

La cola para comprar los tickets es enorme, así que nos armamos de mucha paciencia y cuando llega nuestro turno la chica nos explica que el acceso a la montaña se realiza en dos partes, primero cogiendo una góndola por 13€ por persona (Dídac no paga) y luego un telesilla biplaza por 2€ más, así que escogemos todo el pack y pagamos un total de 30€.

El ascenso a la cumbre nos deja sin palabras, no sólo por el bonito paisaje, sinó también por las curiosas cabañas dispersas por todas partes.



Dídac va muy quietecito y callado, y eso nos asombra, porque no para quieto nunca, aprovechamos el momento para hacer fotos.

Bajamos del telesilla y damos un agradable paseo por la zona, disfrutando del paisaje y del buen tiempo que hace. En este punto se pueden realizar diferentes excursiones por la zona, pero nosotros nos hemos dejado la mochila de Dídac en el coche.








Empieza a nublarse y a hacer frío, así que decidimos bajar y comer en un restaurante que hemos visto antes de coger la góndola.

En el restaurante comemos muy bien, probando las exquisiteces de la zona, y una vez comidos decidimos acercarnos a un parque con columpios, situado al lado del restaurante, para que Dídac disfrute a sus anchas.

Aquí damos por finalizada la visita a Velika Planina, y volvemos a Ljubliana a 50km. de distancia para visitar su centro histórico.

Aparcamos en pleno centro y nos ponemos a deambular por la calles sin rumbo fijo, ojeando un poco la guía, pero enseguida nos damos cuenta que esta ciudad se puede recorrer fácilmente siguiendo el curso del río Ljubljanica, entre barcas llenas de turistas, bares que rozan la orilla y un ambiente tranquilo y relajado. Ljubliana nos sorprende gratamente, es una ciudad muy limpia y elegante.




Caminando por el centro nos encontramos con la catedral de Ljiubliana (Iglesia de San Nicolás o Sveti Nikolaj) de estilo barroco y que reconocemos por su gran cúpula verde y sus dos torres. Las impresionantes puertas de este templo explican la historia eslovena.


También nos encontramos con una competición callejera de basket 3x3. Justo antes de empezar las vacaciones, Aaron estuvo viendo una competición por la tele donde el ganador fue un equipo esloveno, ahora entendemos la afición de este país por este deporte.


Proseguimos con nuestro paseo y paramos a comprar un par de libros para entretener a Dídac.




Se acerca la hora de la cena y nos decidimos por un restaurante llamado Sokol, con una terraza llena de mesas que nos invitan a sentarnos, pero antes tenemos que hacer cola, ya que el restaurante tiene muy buenas críticas y está muy solicitado.

Nos atiende un camarero muy amable y simpático que nos explica que estudió 5 meses en Alicante y que aprendió el castellano justo para según él "comida, bebida y hablar con chicas".

Cenamos muy relajados ya que Dídac nos da un respiro sentadito en su carricoche viendo vídeos de Dora la Exploradora en su tablet. A estas alturas de la noche empieza a refrescar, así que acabamos la cena y ponemos rumbo a nuestro hotel, a ver si mañana podemos madrugar para hacer la carretera que recorre el Triglav, si el tiempo lo permite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario