lunes, 20 de abril de 2015

Día 5 - 1 de Abril 2015

Hoy volvemos a coger un tren para desplazarnos a la villa de Sintra, situada al noroeste de Lisboa, a unos 30Km. de distancia.

El tren dirección Sintra sale de la estación de Rossio, así que decidimos ir andando desde el hotel. Hay trenes cada 20min y el trayecto cuesta 2,15€. En esta estación, a diferencia de la de Cais do Sodré, hay taquillas y personal para poder sacar el billete manualmente y máquinas para poder cargar la tarjeta automáticamente. Las colas son interminables en ambas, nos decidimos por las máquinas pensando que serían más rápidas, pero nos equivocamos, porque se quedan colgadas con facilidad y perdemos el suficiente tiempo como para perder 2 trenes y pillar el tercero a 1min de su salida, previo sprint por los andenes.



El paisaje durante el trayecto no es nada bonito, ya que transcurre entre núcleos urbanos.

Sintra es un famoso parque con palacios, asentado en una frondosa colina y catalogado por la Unesco "Paisaje Cultural".

La estación de tren de Sintra se encuentra situada a los pies de esta colina. Al lado de esta estación   se encuentra una parada de autobuses con diferentes líneas, que dan opción a diferentes itinerarios. Nosotros nos decidimos por el 434, con paradas en: Palacio Nacional de Sintra, Palacio da Pena, y Castelo dos Mouros. Para más información y otros itinerarios, os ponemos la web: www.scotturb.pt

El Palacio Nacional es lo primero que visitamos y aquí compramos las entradas combinadas para este palacio y el de Pena y nos cuesta 22,80€ cada entrada.

Recorremos todas las estancias de este palacio, incluída la cocina donde se encuentran dos chimeneas cónicas, conocidas porque aparecen en casi todas las imágenes que podemos encontrar en Google  de Sintra.






Al salir, volvemos a coger el bus hacia Pena. Para llegar a la cima hay una corta caminata, pero con bastante desnivel, así que decidimos coger un bus interno, 3€ ida/vuelta, y nos deja en la misma puerta del palacio.  En otro momento hubiésemos optado por la caminata, pero debido al estado de Esther, decidimos hacerlo en bus. Los tickets se compran en la tienda de recuerdos que hay al entrar en el recinto, a mano derecha. No se venden en el autobús.

Este castillo es muy atractivo visualmente gracias a su combinación de alegres colores. 



La visita por este castillo también es libre, por tanto nos paramos todo lo que queremos y más en cada rincón para sacar la foto perfecta.







Al pasear por las torres se puede apreciar en la distancia el Castelo dos Moros, una larga muralla que serpentea por la ladera de la montaña.



Cogemos el mini-bus de bajada y esperamos al 434 para volver al centro histórico, donde hacemos algunas fotos más del Palacio Nacional, y desde aquí nos acercamos andando hasta la estación para buscar un restaurante llamado Apeadeiro. 



Este restaurante casero, ofrece comida portuguesa a buen precio, su especialidad es el Bacalao Apeadeiro que pidió Esther y que no le defraudó.

Volviendo a la estación cogemos el tren justo a 2min de su salida, todo nos sale redondo.

Por la noche, ya en Lisboa, tenemos reserva en el restaurante Feitoria, un restaurante con una estrella Michelin, a cargo del chef José Cordeiro. El restaurante es elegante y tiene vistas al río Tajo, un lugar encantador.

Nos inflan a platitos “de parte del Chef” (traducción de nuestro amable camarero). Escogemos unos platos principales, un postre de Guayaba y nos sorprenden con otro postre “del Chef”.





Una cena para dos, con entrantes, plato principal, postre y una copa de vino por persona rondaría los 200€, a nosotros nos costó un poco menos, porque no pedimos entrantes y Esther cambió la copa de vino por un mojito virgen (sin alcohol), que estaba delicioso.

Para volver del restaurante (que se encuentra en Belém) al hotel cogemos e tranvía 15, esta vez  el tranvía es antiguo, donde el conductor tiene que cambiar el cartel de destino a mano, sacando un espejo por la ventana a lo “palo selfie” y con la otra mano gira una manivela.




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