jueves, 1 de septiembre de 2016

Día 10 - 1 septiembre 2016

Hoy es nuestro último día en Austria antes de volver mañana a casa. Y nos hemos dejado para hoy, uno de los pueblos más bonitos de este país, Hallstatt.

Dudamos un poco entre ir o no ir, ya que las condiciones meteorológicas no son muy buenas, la previsión es de lluvia al mediodía, y tenemos 73 km desde Salzburgo, una hora aproximada de viaje. 

Finalmente, decidimos aventurarnos e intentarlo, hemos tenido muy buena suerte con el tiempo, y pensamos que ésta suerte, nos va a seguir acompañando.

Del desayuno en nuestro hotel salimos bastante decepcionados, poca variedad y algo escaso, menos mal que por lo menos está muy bien ubicado.


Elegimos la ruta que pasa por Fuschl, Sankt Gilgen, Bad Ischl.

Los pueblos que nos vamos encontrando a orillas del lago Hallstätter See son preciosos, aunque el mal tiempo que hace los desluce un poco, intentamos ser optimistas y pensar que en Hallstatt nos va a hacer bueno.

En Sankt Gilgen nos pasamos de largo el desvío, ya que pensamos que un destino tan popular tendría unos accesos más amplios.

Pasamos por Bad Ischl donde se encuentra el famoso balneario de Sissi, y lo dejamos para la vuelta.

La entrada a Hallstatt se hace por un túnel excavado en la montaña que atraviesa todo el pueblo y desemboca en tres grandes parkings en las afueras, el acceso en coche al pueblo sólo está permitido a los vecinos.

Ha sido bajar del coche y aparecer un sol radiante, así que de camino al pueblo nos vamos ya quitando ropa, pues empieza a hacer calor.

Divisamos la primera panorámica con sus casas color pastel reflejadas en el lago cristalino situado entre altísimas montañas.



Y nos dan la bienvenida unos descarados cisnes, que están muy acostumbrados a tratar con los turistas.


Seguimos paseando por la que creemos que es la única calle de Hallstatt, y pasamos por la iglesia, que está al final de unos altísimos escalones, pero como vamos con el carricoche del niño no subimos, y seguimos paseando hasta una pequeña esquina desde donde sacamos la famosísima foto de esta localidad que aparece en todas las guías de Austria.





Ya hemos recorrido todo el pueblo y decidimos buscar un lugar para comer, encontramos una terraza al borde del lago, y cuando ya estamos casi acabando se levanta un viento frío y comienza a diluviar.

Pagamos rápidamente y nos ponemos a cobijo hasta que afloja un poco, y Aaron aprovecha para ir a buscar el coche que está bastante lejos.

Nuestra idea era volver por otra ruta, la que pasa por los lagos, Unterach am Attersee, Sankt Lorenz, pero viendo el mal tiempo que hace, decidimos coger la ruta más corta (Abtenau, Gröding), y así llegar antes a nuestro hotel.

Una vez en Salzburgo, el sol vuelve a salir, así que sin dejar el coche vamos directamente a los jardines del palacio de Mirabell, famosos por aparecer en la película de Sonrisas y Lágrimas.

Paseamos tranquilamente y a Aaron le recuerdan al parque de la Ciutadella, por la cantidad de pokeparadas que se encuentran cerca de su fuente.





Al salir de aquí aparecemos justo delante de la casa dónde nació el físico Doppler y al lado la casa dónde vivió Mozart.


Y muy cerquita de allí la iglesia de la Trinidad.


Toca preparar maletas para mañana.

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