Al final como decía la predicción no pudimos hacer la Tongariro Crossing, así que decidimos ir a las Waitomo Caves a ver luciérnagas. Son unas cuevas de estalagmitas y estalagtitas que visitas paseando, y cuando acaba el paseo te suben en una barca y entras en una cueva completamente a oscuras, donde todo el techo está plagado de luciérnagas y es precioso ver como brillan. Aunque pensamos que el precio de la entrada es un poco cara para el ratito que te dejan estar dentro.
Al acabar volvimos a nuestro backpacker a comer y a echar una siesta que se convirtió en un sueño profundo que duró hasta la mañana siguiente.
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