Hoy hemos decidido visitar
Innsbruck.
Los planes para el día de hoy eran
otros, pensábamos descansar en el hotel y quedarnos por la zona, pero viendo
que para mañana hay previsión de lluvia preferimos “anar per feina” y adelantar
esta visita, que por otro lado, es obligada, al ser Innsbruck capital del
Tirol.
Llegamos en 45 min, y nada
más entrar en la ciudad, nos recibe un majestuoso trampolín de salto de esquí,
Bergisel. Compramos un combinado de tickets para el salto y el mirador ubicado
a 50m de altura, y para el funicular en Igls, esto nos cuesta 25€ por persona.
Innsbruck ha albergado dos veces los juegos olímpicos de invierno y lo
primero que vemos son los pebeteros y los aros olímpicos. Nos sentimos como en
casa, nosotros también venimos de una ciudad olímpica.
La visita nos resulta muy curiosa, nos
encontramos a un atleta entrenando, Andreas Zollner, nos asombra la velocidad con la que desciende por el
trampolín y como sale volando en el salto.
Una vez terminada la visita al salto, nos dirijimos al Alstadt (casco antiguo), de la Edad Media
tardía, y nos llama la atención el cambio espectacular entre el paisaje natural
y el urbano.
En el centro visitamos el Goldenes Dachl (Tejado Dorado), que es uno de
los edificios símbolo de Innsbruck, con su tejadillo de tejas de cobre doradas
al fuego.
También visitamos la iglesia de Hofkirche de estilo gótico y orgullo de
Innsbruck, y Hofburg, el palacio imperial que atrae nuestra mirada por su
imponente fachada y sus cúpulas.
Al otro lado el río Inn, vemos unas pintorescas casas de colores.
Comemos en una restaurante de comida rápida para evitar colas en los
restaurantes más turísticos. Los camareros son bastante bordes, pero la
relación precio-calidad-ración ha sido excelente.
De camino al parking pasamos por la Marien Strasse, arteria principal
de la ciudad con elegante edificios.
Ponemos rumbo a Igls, pasando por Vill con su iglesia.
En Igls, tomamos el funicular que hace parada a mitad de camino para
hacer cambio con otro y subir hasta la cima.
Desde la cima tenemos unas vistas fantásticas de Innsbruck rodeada de
imponentes montañas. La cima está repleta de caminatas para hacer trekking.
Aquí ya damos por terminada la visita a Innsbruck y nos dirigimos a
Fügenberg.
Antes de llegar al desvío de Fügen, cogemos el desvío en dirección
opuesta, rumbo al lago Achensee.
El lago, a esas horas de la tarde, está repleto
de gente tumbada en la hierba tomando el sol, bañándose, y haciendo paddle surf
o kite surf.
Pasamos un rato muy agradable descansando y volvemos al hotel a hacer
un poco de hambre en la piscinita.
Por hoy ya hemos hecho más de lo que habíamos planeado, a ver como se
levanta el día mañana y decidimos.
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