sábado, 27 de agosto de 2016

Día 5 - 27 agosto 2016

Hoy hemos decidido visitar Innsbruck.

Los planes para el día de hoy eran otros, pensábamos descansar en el hotel y quedarnos por la zona, pero viendo que para mañana hay previsión de lluvia preferimos “anar per feina” y adelantar esta visita, que por otro lado, es obligada, al ser Innsbruck capital del Tirol.

Llegamos en 45 min,  y nada más entrar en la ciudad, nos recibe un majestuoso trampolín de salto de esquí, Bergisel. Compramos un combinado de tickets para el salto y el mirador ubicado a 50m de altura, y para el funicular en Igls, esto nos cuesta 25€ por persona.




Innsbruck ha albergado dos veces los juegos olímpicos de invierno y lo primero que vemos son los pebeteros y los aros olímpicos. Nos sentimos como en casa, nosotros también venimos de una ciudad olímpica.




La visita nos resulta muy curiosa, nos encontramos a un atleta entrenando, Andreas Zollner, nos asombra la velocidad con la que desciende por el trampolín y como sale volando en el salto.



Subimos al mirador  en funicular y divisamos la cordillera de Nordkette, el Inntal e Innsbruck.




Una vez terminada la visita al salto, nos dirijimos al Alstadt (casco antiguo), de la Edad Media tardía, y nos llama la atención el cambio espectacular entre el paisaje natural y el urbano.




En el centro visitamos el Goldenes Dachl (Tejado Dorado), que es uno de los edificios símbolo de Innsbruck, con su tejadillo de tejas de cobre doradas al fuego.







También visitamos la iglesia de Hofkirche de estilo gótico y orgullo de Innsbruck, y Hofburg, el palacio imperial que atrae nuestra mirada por su imponente fachada y sus cúpulas.


Al otro lado el río Inn, vemos unas pintorescas casas de colores.


Comemos en una restaurante de comida rápida para evitar colas en los restaurantes más turísticos. Los camareros son bastante bordes, pero la relación precio-calidad-ración ha sido excelente.




De camino al parking pasamos por la Marien Strasse, arteria principal de la ciudad con elegante edificios.






Ponemos rumbo a Igls, pasando por Vill con su iglesia.


En Igls, tomamos el funicular que hace parada a mitad de camino para hacer cambio con otro y subir hasta la cima.

Desde la cima tenemos unas vistas fantásticas de Innsbruck rodeada de imponentes montañas. La cima está repleta de caminatas para hacer trekking. 





Aquí ya damos por terminada la visita a Innsbruck y nos dirigimos a Fügenberg.

Antes de llegar al desvío de Fügen, cogemos el desvío en dirección opuesta, rumbo al lago Achensee.


El lago, a esas horas de la tarde, está repleto de gente tumbada en la hierba tomando el sol, bañándose, y haciendo paddle surf o kite surf.



Pasamos un rato muy agradable descansando y volvemos al hotel a hacer un poco de hambre en la piscinita.

Por hoy ya hemos hecho más de lo que habíamos planeado, a ver como se levanta el día mañana y decidimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario