miércoles, 24 de agosto de 2016

Día 2 - 24 agosto 2016

Hoy nos queremos despertar pronto, ya que tenemos más de 100km hasta Fügenberg, el pueblo de nuestro hotel en el Tirol.

Desde que Dídac nació no nos hace falta despertador, pero precisamente hoy, nuestro hijo se hace el remolón en la cama, así que salimos un poco más tarde de lo previsto, eso sí, antes llenamos la barriga.


Salimos a la carretera en dirección Austria. Para poder circular por las autopistas austriacas es necesario comprar una pegatina llamada Vignette (tasa de autopistas), y colocarla en el parabrisas delantero, en un lugar visible. Se puede adquirir justo en la frontera, y al pasarla, en alguna gasolinera.



Por las carreteras en las que es necesario circular con la Vignette, se encontrarán carteles como este.

Hay diferentes "Vignette" dependiendo de su vigencia, la que nosotros hemos comprado para 10 días nos ha costado unos 10€.

La primera parada la hacemos en Kramsach, una pequeña localidad no muy lejos de la autopista. La carretera principal atraviesa el pueblo y nos lleva a dos lagos preciosos llenos de austriacos que están tomando el sol y bañándose en sus cristalinas aguas, que envidia nos dan, con el calor que traemos...!!!





Aparcamos el coche en uno de los parkings de la carretera, 2€ por 5h, que comparando con Barcelona, nos parece baratísimo. Nos llama mucho la atención que en la máquina para pagar el parking, también se puede sacar un ticket para el baño en el lago.

Nos paramos a comer en el segundo lago, en un restaurante llamado Fischerstube, comemos un par de Wiener schnitzel, uno de cerdo y otro de ternera, buenísimos.


Las vistas desde la terraza del restaurante son fantásticas, disfrutamos de ellas y de la tranquilidad que se respira en el ambiente. Y viendo a esas familias bañándose, nos entran ganas también a nosotros, así que le preguntamos al camarero si nos podemos bañar gratis, y nos dice que con la tarjeta de Alpbach si, en caso contrario, hay que pasar por caja.






Como se nos echa el tiempo encima decidimos dejarlo para otro día y cruzamos la carretera dirección Rattenberg.

Esta ciudad es la más pequeña de Austria, se puede visitar en poco menos de media hora, y cuenta con una gran tradición cristalera importada de Bohemia. Dando un paseo visitamos la iglesia de St. Virgil, y paseamos por su única calle donde nos llama la atención el colorido de sus pintorescas casas.





Volvemos al coche rumbo a Alpbach, último destino del día y pueblo más bonito del Tirol, según las guías de viaje, y no nos defrauda. Un gran escudo floral nos da la bienvenida, y sus casas de madera con flores en las ventanas hacen el resto.


Nos ponemos a andar bajo un sol abrasador y más de 30 grados. Pensábamos que en Austria estaríamos más fresquitos, pero estábamos totalmente equivocados.

Damos una vuelta rápida visitando la iglesia, el cementerio, y admiramos lo limpio y cuidado que está todo.






Con el coche, circulamos un poco más, hasta pasar el pueblo de largo, para estar más altos, y tener una panorámica de todo el valle de Alpbach.





El sol aprieta, así que vamos hacia Fügenberg, a unos 25km desde Alpbach.

Llegamos al hotel, Wohlfühlhotel Schiestl. Nos hemos decidido por este hotel porque es familiar y los comentarios en Booking son muy buenos. Cuenta con piscina exterior e interior climatizada, Spa/Sauna, y muchas zonas de juegos para niños. Pagamos un suplemento por una habitación de categoría superior, muy espaciosa para que Dídac pueda estar a sus anchas.



Cenamos en el restaurante del hotel, y a la camita.

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