Madrugamos para aprovechar el día ya que solo disponemos del día de hoy para ver Vilnius.
Desayunamos en la cafetería Amélie - Cookies&Coffee situada en pleno centro de Vilnius en la plaza Dr. Jonas Basanavičius (Dr. Jono Basanavičiaus aikštė).
Nuestra ruta empieza visitando varias iglesias y catedrales en la calle Aušros Vartų gatvé:
- La iglesia ortodoxa del Espíritu Santo y el Monasterio (Šv. Dvasios vienuolyno katedra)
- Iglesia de Santa Teresa (Šv. Teresės bažnyčia)
- Gates of down ("Puerta de la Aurora" - Aušros vartai).
Volvemos sobre nuestros pasos y visitamos la Iglesia Griega Católica de la Sagrada Trinidad (Šv. Dvasios vienuolyno katedra) que está en obras.
Volvemos camino al hotel por la calle Didžioji gatvé, aquí nos encontramos con la iglesia de San Casimiro (Šv. Kazimiero bažnyčia). Nos toca verla por fuera ya que está cerrada.
Proseguimos la ruta por la misma calle y a pocos metros nos seguimos encontrando más iglesias:
- Iglesia ortodoxa de San Nicolás (Šv. Nikolajaus Stebukladario palaikų Pernešimo cerkvė)
- Iglesia ortodoxa de San Pararascev e (Šv. kankinės Paraskevės cerkvė)
Tomamos un pequeño desvío para pasear por la calle Literaty (Literatų gatvė).
Volvemos a la famosa calle Pilies gatvé donde se encuentra la Universidad y la iglesia de San John (Šv. Jono Krikštytojo ir Šv. Jono apaštalo ir evangelisto bažnyčia).
La entrada a esta iglesia es gratuita, pero la subida a su campanario nos cuesta 5€ por adulto, el niño gratis.
Para subir a lo alto del campanario hay un ascensor, aunque los últimos escalones son de madera y bastante angostos.
Desde lo más alto del campanario admiramos las increíbles vistas de la ciudad.
Dídac se entretiene desembozando unos prismáticos con monedas atascadas. Saca un montón de céntimos de varios países, directos para su colección!!
Descendemos y visitamos la universidad (Vilniaus universitetas), sus patios y sus frescos.
Al salir nos desviamos de nuestro plan, en lugar de visitar el Palacio Presidencial nos vamos a la plaza de la Catedral (Katedros aikštė).
En esta plaza se puede visitar:
- El campanario de la Catedral de Vilnius (Vilniaus katedros varpinė), con un coste de 6€ por adulto y 4€ niños
- La Catedral de Vilnius (Vilniaus arkikatedra).
- El Palacio de los Grandes Duques de Lituania (Nacionalinis muziejus Lietuvos Didžiosios Kunigaikštystės valdovų rūmai). Aquí solo entramos al patio principal ya que la entrada cuesta 11,5€ x adulto (25€ si cogemos el pack familiar). Las exposiciones, que se pueden visitar son las típicas con salas de objetos antiguos y armas, así que decidimos no entrar.
Puerta sud del Palacio |
Nos despedimos de la plaza de la catedral y ponemos rumbo al Palacio Presidencial (LR Prezidento kanceliarija) y aquí empieza a llover un poco.
El palacio lo vemos por fuera y los jardines solo se pueden visitar de 18:00 a 21:00.
Damos una vuelta por los alrededores y visitamos las iglesias:
- Del Espíritu Santo Dominica (Šventosios Dvasios bažnyčia)
- De la Divina Piedad (Dievo Gailestingumo šventovė)
Volvemos para la calle Pilies y comemos en Etno Dvaras (3 platos, 2 cervezas, 2 postres y café por 54,20€).
Al terminar de comer nos dirigimos a ver las iglesias de Santa Ana y Bernardino (Šv. Onos bažnyčia).
Desde aquí cruzamos un río y nos acercamos al barrio bohemio de la República de Užupis.
Llegamos a la calle Paupio gatvé, en ella está escrita la constitución de la República de Užupis en 50 idiomas. Aquí nos encontramos con unos catalanes que nos comentan que ellos están haciendo nuestra misma ruta pero en sentido inverso, y nos dicen que los siguientes destinos que nos quedan por visitar, merecen mucho la pena, cosa que nos anima mucho.
Bordeando el río Vilnia llegamos al Bastión con sus murallas defensivas (Vilniaus gynybinės sienos bastėja) construidas en la primera mitad del s.XVII. Actualmente alberga un museo donde explica su historia y muestra una colección de armas.
Cómo es bastante pronto y nos quedan solo un par de cosas por visitar, decidimos poner rumbo al apartamento para recargar dispositivos y descansar un poco. La zona azul la tenemos pagada hasta las 19:00h, así que apuramos el tiempo descansando.
A las 19 cogemos el coche para ver la torre de Gediminas (Gedimino pilies bokštas) y la Colina de las Tres Cruces (Trys kryžiai). Dejamos el coche en un párking (0.90€ por hora) y desde aquí podemos llegar fácilmente andando a los dos sitios.
El primero que vemos es la torre de Gediminas. Subimos por un camino empedrado hasta la cima (posibilidad de subir con cremallera).
Desde aquí disfrutamos de unas bonitas vistas del atardecer y vemos nuestro próximo destino, la Colina de las Tres Cruces. Se puede subir a lo alto de la torre por 8€ adulto, 4€ niño, pero decidimos no hacerlo, nos conformamos con lo que aquí vemos.
En este lugar, un chico lituano afincado en Barcelona, nos hace unas fotos y charlamos un ratito con él.
Dídac vuelve a sacar dinero de otra máquina, esto le pone muy contento (aunque no nos hace mucha gracia).
Descendemos lo subido y nos dirigimos a la Colina de las Tres Cruces, ascendemos por un sendero bien indicado y desde lo alto de la colina volvemos a tener una bonita panorámica de la ciudad y sus monumentos.
Ya de regreso el GPS nos lleva cerca el Palacio Presidencial y decidimos aparcar el coche para ver el patio interior. Aquí Aaron y Dídac juegan con un ajedrez gigante.
Regresamos a nuestro hotel y aparcamos nuestro coche poniendo un ticket que nos da permiso para aparcar hasta las 9 de la mañana. La calle del hotel es muy pintoresca con varias decoraciones colgando entre fachadas.
Damos un pequeño paseo y cenamos en el restaurante Artistai, en un patio interior muy bonito con una temperatura muy agradable de 17 grados, esto es una bendición viniendo de la calurosa Barcelona. Los comensales que se encuentran en el patio siguen la retransmisión de los Juegos Olímpicos en un proyector.
Pedimos un par de platos para picar, pasta carbonara, tres cervezas y un postre, todo por 39,20€.
Volvemos al hotel y de camino decidimos despedirnos de Vilnius tomando un licor de cereza. Ya lo probamos hace años en Lisboa, y nos gustó bastante, así que repetimos, pero esta vez con nuestro hijo Dídac. Una copa (llena hasta los bordes) nos cuesta 5,70€ y nos la bebemos tranquilamente de pie en unas mesas con altos taburetes que hay en la terraza.
Como curiosidad, venden las copas y las botellas en la tienda del bar, pero debido a leyes del país, no pueden venderlas a partir de las 20:00h.
Volvemos al hotel y nos damos cuenta que nos hemos dejado la botella de agua de Dídac en el restaurante, así que Aaron vuelve a por ella y aprovecha para ver Vilnius de noche.
A descansar, que mañana nos espera ruta hacia Kaunas con varias paradas.
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