Al ser el último desayuno de nuestras vacaciones conseguimos que en el comedor nos den mesa junto a unos grandes ventanales con unas vistas maravillosas.
Hoy decidimos usar el servicio de shuttle bus a la playa que ofrece el hotel gratuitamente.
Este nos lleva a la misma playa que fuimos ayer, y nos ahorramos pagar el parking.
Hoy la playa está a tope, es sábado y luce un día espléndido.
La zona de toallas está a reventar y la gente monta unas carpas enormes que hacen imposible encontrar un hueco en esta zona, pero lo conseguimos, y una vez extendidas las toallas nos ponemos las máscaras y al agua a ver peces.
Volvemos a explorar las rocas, a Dídac le encanta ir por ellas con los escarpines y encontramos animales y caminos secretos.
Compramos en el chiringuito de la playa 2 cervezas y 2 latitas de Pringles y pagamos 16€.
Ya nos toca volver al hotel porque hemos cogido la vuelta del shuttle bus a la 13:00.
Comemos en la piscina y nos bañamos un rato. El calor es bastante insoportable así que Aaron y Dídac van a la habitación a jugar a juegos de mesa, mientras Esther toma el sol y lee en la piscina.
Nos comemos unas pipas en nuestra terracita a modo de despedida.
Preparamos la maleta y a cenar, que mañana toca madrugar (un poco menos ya que nos han retrasado la hora de salida del barco).
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