Para hoy, que el día amanece nublado, cosa que ya sabíamos porque miramos las previsiones del tiempo con antelación , hemos dejado la visita a dos museos imprescindibles de esta ciudad: el Museum of Modern Art (Moma) y el Metropolitan (Met).
El Moma no abre hasta las 10:30h, y como hemos llegado pronto, hacemos tiempo en su tienda.
Una vez compradas las entradas visitamos las diferentes plantas de este museo de arte moderno. Vemos obras de Salvador Dalí, Picasso, Miró, Monet, Cézanne, Van Gohg, Matisse, Mondrian, Frida Kahlo, Andy Warhol, Magritte...
Aunque el museo dispone de audioguía gratuita, nosotros decidimos bajarnos la App para iPhone y así evitamos tener que llevar más dispositivos encima, que ya vamos muy cargados.
Disfrutamos de más de dos horas de visita. Este museo es para dedicarle mucho más tiempo, pero vamos con un niño de 4 años que se porta muy bien, pero que también necesita ratitos para él. Así que antes de salir pasamos por una sala creativa para niños, donde Dídac pasa un buen rato intentado dibujar los cuadros que ha visto en el museo.
Comemos en un restaurante italiano llamado Barilla, y con "la panxa plena" ponemos rumbo a coger el metro dirección al Metropolitan Museum.
Este museo es el museo más visitado de Nueva York y uno de los cinco museos de arte más populares del planeta.
Las entradas nos cuestan 25$ por persona, y Esther comenta que este museo es tan grande que en solo una tarde, es imposible visitarlo. Así que hacemos una selección de lo que consideramos más importante, en la primera planta: la zona romana y egipcia, y en la segunda la pintura europea.
Vamos directamente a la zona egipcia, ya que Dídac quiere ver momias, pero antes pasamos por las salas de arte romano, medieval y obras del siglo XV-XVII.
Cuando aún nos queda bastante por ver, empiezan a cerrar salas y muy amablemente nos hacen abandonar el museo. Pasamos por información para “quejarnos” y comentar que al comprar las entradas no nos habían informado de que hoy el museo cerraba antes por un evento privado.
Nos comentan que las entradas son válidas para 3 días, pero les respondemos que nuestro vuelo de regreso sale mañana, y que no podemos aprovecharlas. Así que nos abonan el importe íntegro.
Salimos del museo un poquito decepcionados, pero contentos por lo bien que nos han gestionado la devolución del importe de las entradas. Antes de volver al hotel hacemos un poco de shopping.
Volvemos a nuestro hotel a descansar que esta noche tenemos el partido de baloncesto que disputan los New York Knicks contra los Orlando Magic.
Llegamos al estadio en metro, y después de un pequeño caos inicial, encontramos nuestra puerta de acceso.
Pasando el control de seguridad, a Aaron le hacen dejar en consigna el objetivo grande de la cámara de fotos, hay restricciones a cámaras profesionales, pero por lo menos nos han dejado el gran angular y así poder hacer alguna foto.
Tenemos los asientos en la sección 223, y la primera impresión al ver la pista es de UAU, esto es enorme!!!
Presenciamos todo el show previo, el canto del himno nacional y empieza el partido.
Compramos cena y palomitas con el dinero que nos encontramos dentro de un sobre tirado en el aeropuerto de Barcelona hace ya algunos años, y que guardábamos para una ocasión especial, y qué mejor que esta.
Durante los descansos y tiempos muertos del partido se organizan diferentes juegos donde se lanzan camisetas, paracaídas con tarjetas regalo, la kiss cam y pasamos un rato muy divertido. No tanto nuestro hijo, que llora desconsoladamente porque a él no le ha "caído" ninguna camiseta.
El partido se pone interesante y comenzamos a gritar "Defense", en la última jugada los Knicks realizan un mate que les da la victoria y la gente enloquece.
Salimos muy contentos y comentamos que ha valido la pena gastarnos el dinero y presenciar un partido de la NBA en el mítico Madison Square Garden de Nueva York.
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