Nos despertamos sin prisas porque como ya anunciaba el pronóstico meteorológico, amanece lloviendo. Pero estamos de buen humor, hoy celebramos otro cumpleaños, el de Esther.
Cuando creemos que la lluvia nos da una tregua, salimos a la calle, pero no hemos andado ni 100m cuando vuelve a diluviar. Corremos a refugiarnos en una cafetería y vemos que las calles parecen torrentes de agua. Dídac está contentísimo estrenando sus botas, e insiste mucho para que le dejemos salir a la calle a saltar en los charcos.
Para hoy tenemos pensado hacer la visita a Napoli Sottoterranea, esta excursión es un recorrido a pie por los antiguos acueductos griegos, aprovechados más tarde como refugio durante la II Guerra Mundial.
Al acabar todo el circuito volvemos a subir a la superficie y atravesamos la Basílica de San Paolo Maggiore para salir a una serie de calles donde nos muestran los antiguos arcos romanos y una exposición de Belenes típicos de la ciudad.
La última parada nos sorprende gratamente. Paramos delante de una puerta y accedemos a una casa habitada en su día por una familia que ignoraba que en su sótano se conservaban los restos de un circo romano.
Comemos en una trattoria cerca de la Basílica.
Al acabar ponemos rumbo a la capilla Sansevero, para ver la escultura del Cristo Velado, esta escultura es célebre por las transparencias del velo de mármol que envuelve la figura del Cristo muerto.
Nos acercamos también a la majestuosa Piazza Plebiscito, donde nos encontramos una exposición de la fuerzas aéreas.
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