sábado, 2 de noviembre de 2019

Día 2 - 2 noviembre 2019

Hoy nos levantamos felicitando a nuestra cuñada Ester, es su cumpleaños y estamos de celebración!!!

Después de arreglarnos y desayunar, estamos ya listos para patearnos esta frenética ciudad.




La primera parada la hacemos en la Basílica de Santa Clara,  famosa por su bonito claustro decorado con paneles de azulejos. Aquí hacemos un montón de fotos y pasamos un rato muy agradable.

  











Desde aquí nos acercamos al Bar Nilo, con su altar dedicado a Maradona, en este bar no te permiten hacer fotos si previamente no has consumido, lo controlan bastante.




Cerca nos queda el restaurante Tándem, donde hacen el mejor ragú de Nápoles. Llegamos al pequeño local y nos dicen que lo tienen todo lleno, pero que tienen otro local cerca y nos hacen la reserva. 

Deshacemos el camino andado para llegar a él y tras esperar unos minutos nos ponen en una sala súper amplia y tranquila, esto contrasta mucho con lo que hemos vivido hasta el momento, calles estrechas, repletas de gente y difíciles de transitar,. La tranquilidad que se respira  nos parece un oasis en medio de tanto caos.

La especialidad de este restaurante es el ragú, a nosotros nos parece delicoso, y disfrutamos mucho de la comida, del servicio no tanto, lo encontramos un poco lento, y pensamos que esto se debe a que el local lo tienen a tope.


Después de cargar pilas decidimos bajar la comida acercándonos a la Via San Gregorio Armeno, esta calle es conocida por sus  puestos de Belenes.





Nos parece muy curioso y nos recuerda bastante a la Fira de Santa Llúcia que se celebra cada Navidad en nuestra ciudad.


Caemos en la tentación y probamos el babà, un dulce típico  napolitano hecho de ron y almíbar, muy rico aunque un poco empalagoso.



Seguimos hasta Via dei Tribunali,y en este punto dudamos si coger el metro o volver a nuestro apartamento andando. Decidimos que para dos paradas de metro mejor volver andando., y nos arrepentimos muy pronto de la decisión tomada, Aaron empieza a notar el cansancio de ir todo el día con muletas y Esther de cargar a Dídac a la espalda, y para colmo se pone a diluviar.

Nos refugiamos en una cafetería y tomamos algo mientras escampa.

De aquí ya a cenar al mismo restaurante de anoche, comentamos y nos reímos mucho de las anécdotas vividas este día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario