Este mes disponemos de una semana de vacaciones y la queremos aprovechar visitando un destino al que le tenemos muchas ganas. Hace un par de años ya estuvimos en Lisboa, y nos dejó tan buen sabor de boca, que queremos repetir país, esta vez visitando Oporto.
Volamos con Vueling y llegamos a als 13.30 hora local (hay que tener en cuenta que Portugal es una hora menos).
Damos de comer a Dídac en el aeropuerto y cogemos taxi dirección al apartamento. El aeropuerto está a sólo 17km de la ciudad, así que llegamos enseguida. El trayecto en taxi nos cuesta 29€.
El apartamento está en Rua Mouzinho Silveira, justo delante del Palácio da Bolsa do Porto. La ubicación es perfecta y el apartamento supera nuestras espectativas. Hemos hecho la reserva con Airbnb, y hemos quedado muy satisfechos Nos costó encontrar en el centro de Oporto un hotel o apartamento con ascensor (requisito imprescindible al viajar con el carro de Dídac), ya que habíamos leído en la última edición de nuestra guía de cabecera, Lonely Planet, que los edificios del centro de Oporto son muy antiguos y están comenzando desde hace relativamente poco tiempo a restaurarlos.
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| Vista desde nuestro balcón |
Con esta primera toma de contacto, ya nos damos cuenta que va a ser algo cansado visitar Oporto empujando el carrito de Dídac, ya que esta ciudad está llena de empinadas cuestas.
Dejamos la compra en el apartamento y nos ponemos a andar por la ribera del Duero para ubicarnos.
Desde Cais da Estiva ponemos rumbo al Ponte Luis I. Nos hacemos unas fotitos y cruzamos el puente por la parte inferior.
Llegamos a Vilanova de Gaia, municipio independiente de Oporto, desde donde descubrimos una preciosa panorámica del barrio de la Ribeira de Oporto, con sus pintorescas casas a orillas del Duero.
Empieza a refrescar así que decidimos volver a nuestro apartamento, pero por una ruta distinta, pasando por delante de Praça Ribeira.
Preparamos la ruta para mañana y a dormir.
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