lunes, 11 de agosto de 2014

Día 7 - 11 de Agosto 2014

Nos despertamos a las 5.30h., demasiado pronto para lo que estamos acostumbrados, a excepción de Juanki, que él por su trabajo madruga mucho.

Subimos a desayunar, y la cocinera nos espera con cara de pocos amigos y nos acribilla con la mirada a cada loncha de jamón que cogemos.

Nos hacemos unos bocatas para el camino y nos ponemos rumbo a Reykjahlíð donde nos espera el 4x4.


Allí conocemos a nuestro  guía, un señor mayor con cierto parecido a Papa Noel llamado Matthiew. La excursión la contratamos en esta página: http://geotravel.is/our-tours/askja-super-jeep-tour/

Nos ponemos rumbo al Askja hacia el cráter Hrossaborg.

Llegados a este punto cogemos la carretera de grava F88 hacia la reserva natural de Herðubreiðalindir. Aquí vadeamos el primer río y entendemos porque este país, es recomendable recorrerlo en 4x4, y con algo de experiencia en la conducción de estos vehículos.








Hacemos un pequeño receso en Herðubreiðarlindir.




El guía nos enseña como se refugiaba el forajido más famoso de Islandia, Fjalla-Eyvindur, que vivió por estas tierras durante el duro invierno de los años 1774-1775.

También nos ofrece probar una planta llamada Angélica, que crece por todo el país, tiene un sabor muy amargo, pero el regusto que deja no es malo. Nos explica que este forajido se alimentaba de los caballos y ovejas que robaba, y de las raíces de esta planta.


Seguimos hacia el Askja. De camino paramos al lado de un río con una cascada. El guía nos hace bajar para que nos acerquemos y andemos por las rocas, esperándonos al otro lado, a unos 100m.



Nos sigue explicando que en este territorio los astronautas del Apollo prepararon la misión espacial a la luna, durante los años 1965-1967.

Proseguimos el camino hasta el párking a los pies del Askja. La ascensión se hace de una manera fácil y amena por la ruta A1 (2.4 km). Nos sorprende como puede ser que en verano haya tanta nieve aún, aunque si tenemos en cuenta que la temperatura es de 5ºC, es fácilmente entendible.


Continuamos caminando entre piedras volcánicas y nieve.


A medida que nos vamos aproximando al cráter del Viti, se va notando más el frío. Este cráter tiene en su interior un lago de gua termal, y según la guía, los más atrevidos pueden bajar su inclinada ladera para darse un chapuzón.

Cuando por fin llegamos al cráter, y nos asomamos al borde, nos quedamos sin palabras al comprobar su grandeza y su profundidad.


Al fondo del cráter se pueder ver el pequeño lago color azul-lechoso. Nuestro guía nos explica que hace unas 3 semanas aproximadamente, hubo un desprendimiento de tierra en las montañas cercanas al lago, que provocó un tsunami. Este tsunami cambió parte del paisaje, rompiendo una de las paredes del cráter del Vití y provocando que el agua acumulada por la nieve en un cráter superior cayese en este, y aumentase su profundidad 2 o 3 metros.

Por razones de seguridad, la bajada está prohibida, y nos desilusionamos un poco, veníamos preparados con nuestros bañadores y toallas para probar la experiencia de bañarnos en el cráter de un volcán. 

Pero las vistas nos han gustado tanto que el disgusto se nos pasa enseguida.



Regresando hacia el coche empieza a llover, así que nos apresuramos a tomar la última foto.


No nos extraña que viniera la NASA a probar el alunizaje aquí, si la siguiente foto os decimos que la tomó un "rover" de Marte os lo creéis.


De bajada, la niebla prácticamente ha desaparecido, así que aún podemos apreciar mejor la cantidad de nieve que hay en la cima, y el color rojizo de las piedras.




Ya llegando al párking, pasamos por otro pequeño cráter y bajamos por su ladera hasta nuestro coche.





En el párking  hay un refugio de montaña donde nos comemos los bocatas en un plis-plas, y proseguimos. Nos adentramos en un estrecho cañón llamado Drekagil, "El cañón de los Dragones". Al final de este vemos una cascada.



Al salir del cañón ponemos rumbo de vuelta a Reykjahlíð, volvemos por la carretera de gravilla F910. En esta ruta, Aaron tiene que bajar varias veces para abrir y cerrar las puertas de los puentes que cruzamos por encima del río Jökulsá.

Vamos a la granja Möðrudalur donde paramos a tomar un café. Esta granja cuenta con una iglesia que fue construída por el granjero como muestra de amor a su mujer.





Justo antes de ponermos en marcha, el guía llama nuestra atención gritando "fox" y cuando entendemos lo que quiere decir, vemos un par de zorros árticos. Son dos cachorros que están al lado de su madriguera, jugando con las piedras. Esther casi se baja del coche en marcha, de la ilusión que le hace poder ver a estos animales tan de cerca. Nos acercamos todo lo que podemos intentando llamar su atención sin asustarles.

No llegamos a acercarnos lo suficiente como para poder tocarlos, pero ha sido muy emocionante poder ver tan de cerca al único animal autóctono de Islandia (a excepción de los pájaros), en libertad y en su hábitat natural. 









Con todo el cansancio que supone una excursión de 11h. ponemos rumbo a Reykjahlíð donde llegamos cerca de las 8 de la noche.

Compramos 4 cosas en el súper y volvemos a Fósholl a descansar que nos lo hemos ganado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario