lunes, 1 de octubre de 2012

Día 23/24 - 30 de Septiembre 2012 / 1 de Octubre 2012

Como siempre, todo lo bueno se acaba, y aquí ponemos punto y final a nuestro viaje.,

Apuramos hasta última hora para hacer el check-out, y nos vamos de compras.

Dejamos las mochilas en consigna ( previo pago de 20 bahts por bulto ), pero ello nos permite poder disfrutar de la piscina, una gran noticia, así podemos relajarnos después del calor sofocante que hace en Bangkok.

Recorremos tanto Rambuttri como Khao San en busca de recuerdos, camisetas, y como no, el buda que Esther quiere para casa. Si no lo encontramos tocará volver  al mercado de Chatuchak ...

Después de muchas vueltas, y muchas cositas compradas, LO ENCONTRAMOS!! un buda perfecto, de madera, en color plata envejecida.

Después de mucho negociar, lo sacamos a un precio muchísimo  inferior al que esperábamos.

Ya con el buda "bajo el brazo", nos dirigimos a la piscina, que está situada en la terraza del hotel, tenemos tiempo de sobra, nuestro vuelo no sale hasta las 2.40h. de la madrugada.


Cansados ya de tanta relajación piscinera, volvemos a la recepción del Sleep With Inn, a conectarnos a internet y acabar un par de entradas de este blog, que teníamos pendientes. Una vez acabadas, y ya sin nada más que hacer, decidimos coger un taxi e ir camino del aeropuerto, dejando atrás todos esos sitios que nos habían acogido.




Allí vemos como a una hora determinada, los empleados de Air Asia se ponen todos en formación delante de unas estatuas, rezan y realizan una ofrenda, algo que nos alerta a los turistas y salimos a la caza de la foto que inmortalice ese momento.




Cenamos en el Subway porque es de lo poco que hay con wifi en el aeropuerto.

Después cogemos el avión que nos llevará a Doha, en Qatar,  primera parada de 2h para luego seguir hasta Barcelona.

En Doha se empieza a notar la falta de fuerzas, el jetlag ...


Llegamos a Barcelona y después de una espera agónica delante de la cinta de las maletas, salimos afuera, donde nos reciben Trini ( madre de Esther ), Raquel ( su hermana ) y la Luba ( nuestra perrita ). La sorpresa es que Trini nos trae una bandeja con croquetas caseras que Aaron se come casi él solito, en el coche camino de casa, y un potaje que  está para chuparse los dedos.

En esta foto se puede ver el cambio que hemos experimentado de cuando salimos el primer día, a como hemos vuelto.


 

Y así concluye esta aventura por el Sudeste o Sureste Asiático, un viaje lleno de vuelos, cambios de moneda, culturas totalmente diferentes, muy buenos momentos y sobretodo muy buena compañía!.

Nos vemos en el próximo viaje!

P.D. Cuando llegamos a casa descubrimos que el Buda está llenito de carcoma, arggggg!!!

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