sábado, 15 de septiembre de 2012

Día 7 - 14 de Septiembre 2012

Lo dicho, ha tocado madrugar. El shuttle nos ha llevado al aeropuerto (tres minutos), y hemos desayunado allí.

El vuelo a Phuket ha sido corto, 1h 20min, y nos lo hemos pasado durmiendo.

Según hemos leído en la guía, el trayecto en taxi hasta el muelle era muchísimo más caro que coger un shuttle compartido, así que hemos optado por el shuttle.

Una vez contratado, nos hemos puesto a esperar un buen rato, y nos han dicho que hasta que no llegásemos a diez personas que no nos íbamos. Un chico Israelí que hacía el mismo trayecto nos ha preguntado que si queríamos compartir un taxi, que ya llevábamos mucho rato esperando. La misma empresa contaba con taxis también, así que nosotros tres y otro hombre lo hemos compartido.

Al menos el chico Israelí, Jevon, era majo, y Aaron ha ido hablando con él todo el camino sobre varios temas, incluído el Camino de Santiago.

En el puerto, hemos contratado el barco en la misma compañía que él, para ir juntos. Por haber esperado tanto hemos perdido el de las 11:30, así que nos ha tocado esperar en el muelle hasta el de las 13:30. Por suerte el tiempo ha mejorado un poco.


El ferry dura aproximadamente 1h 30min en recorrer el trayecto entre  Phuket Pier y Tonsai, el muelle en Ko Phi Phi Don. Hemos aprovechado para terminar la entrada y fotos del blog anterior para cuando tengamos internet poder subirlo.


Con el cansancio acumulado y el vaivén de las olas nos hemos quedado dormidos pero justo nos hemos despertado en la entrada a Ko Phi Phi. Lástima que el tiempo no acompañaba porque los acantilados eran espectaculares.





El barco va muy cargado de maletas, en el exterior va lleno y la gente se pone a dormir sobre ellas.


En el interior, las maletas ocupan  4 filas de asientos y 5 niveles hacia arriba. La nuestra iba debajo de todo el montón.


Para entrar en Toisan, hemos tenido que pagar 20 baht por persona, y una vez hecho este trámite, nos hemos dirigido a una de las muchas agencias que hay en Toisan para contratar el hotel. La elección ha sido el Paradise Pearl Hotel, muy bien recomendado por Dani y Judith.




Para llegar al hotel nos han venido a buscar en una de las famosas barcas de proa larga típicas de esta zona que sirven de taxi.



 




Las habitaciones de hotel son bungalows, algunos con vistas al mar. Nosotros hemos decidido pagar un poco más y tener un bungalow en primera línea, con la playa delante a sólo unos pocos pasos, y con unas vistas espectaculares. Por dentro es grande y est bien equipado, así que podremos dormir a gusto y relajados.

Lo primero que hemos hecho, una vez instalados, es ponernos los bañadores y salir corriendo a darnos un chapuzón en estas playas paradisíacas.


 


Después del baño y una buena ducha, hemos ido a cenar. En Phi Phi no hay carreteras y el único medio de transporte es coger una barquita o ir andando. Hemos decidido ir andando, hemos cogido un caminito que subía por un acantilado, y cuando hemos llegado a la mitad del camino, nos hemos dado cuenta que estaba todo embarrado. Nos hemos puesto de barro hasta las rodillas, y Esther ha perdido sus chanclas dentro del barro, ha tenido que meter las manos hasta los codos, para poder encontrarlas, se ha puesto histérica y no paraba de gritar:  "Aaaaaah que asco esto parece mierda", menos mal que al final del caminito había una preciosa playa y nos hemos podido lavar. 

Llegados a Tonsai hemos dado una vuelta para ver el ambiente y elegir un sitio para cenar, después de la cena una copita y para el hotel, aunque esta vez nada de caminitos, después de la experiencia con el barro nos hemos decidio por una barquita. Después de que Aaron regatease con muchos barqueros, ha conseguido que nos llevasen por 100 bahts menos de lo que nos pedían en un principio. Aunque nos tuvieron que dejar en la playa anterior porque la marea estaba muy alta.

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