domingo, 30 de septiembre de 2012

Día 21 - 28 de Septiembre 2012

Hoy nos hemos despertado tarde, pero relajados. Hemos ido al Starbucks a desayunar y a planear el día.

Como estaba lloviendo, hemos tenido que variar los planes y hemos empezado por visitar el MBK, un centro comercial enorme, y todo cubierto donde podemos hacer tiempo mientras pasa el chaparrón.  
En el mismo Sturbucks, una pareja nos ha escuchado y nos ha comentado que ellos pensaban hacer lo mismo, así que hemos vuelto a compartir taxi.


Una vez pasada la tormenta, hemos puesto rumbo hasta el Wat Trimitr, que alberga la mayor imagen de Buda en oro macizo del mundo, y procede de la antigua capital de Tailandia, Ayutthaya. Durante muchos siglos fue cubierto de yeso para disuadir a los posibles ladrones, pero en un traslado parte del yeso se cayó dejando al descubirto el oro, y fue instalado en este templo tan austero.





Como también queríamos recorrer el río en barca, le hemos preguntado a un niño que donde estaba el muelle del río más cercano, el pobre chaval no hablaba casi inglés y como no sabía explicarnos, nos ha dicho que le acompañásemos, y nos ha dejado en un centro comercial llamado "River", nos ha hecho mucha gracia la confusión, y nos hemos dado cuenta enseguida que el muelle no quedaba lejos, así que hemos ido hasta allí y hemos cogido una barquita que nos ha dejado en el Wat Arun.



 

Este templo tiene unas vistas muy bonitas de Bangkok.



 

 

 

 

 

Por la noche, decidimos arreglarnos porque queremos ir a la terraza del Hotel Lebua que tiene un Sky Bar, el Sirocco, famoso entre otras cosas, porque una escena de la película Resacón en Tailandia, fue rodada aquí.

El sitio nos encanta, tiene unas vistas alucinantes de todo Bangkok, que nada más salir a la terraza nos dejan sin aliento, todo en un ambiente muy relajado, con orquesta tocando en directo y un servicio exquisito. Nos pedimos dos caipiriñas y dos cervezas y no vamos a decir lo que subió la cuenta, pero el sitio vale la pena.





 

 

 


 

 

Decidimos volver a la zona de nuestro hotel Khao San y Rambuttri y acabar aquí la fiesta. Por las calles no se puede dar un paso de la gente que hay, todo el mundo bebiendo y comiendo en puestos de comida callejera. A Esther una chica asiática le ofrece una bolsa de saltamontes tostaditos, y ella prueba uno sin pensárselo dos veces, dice que estaba buenísimo.

Y fin de una larga noche que mañana toca madrugar.

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